ROSA PARKS, UNA ACTIVISTA INCANSABLE
“HÁGALO”, LE DIJO EN UNA OCASIÓN UNA SEÑORA LLAMADA ROSA PARKS A UN CONDUCTOR DE AUTOBÚS QUE LE ORDENÓ QUE CEDIESE SU ASIENTO A UN BLANCO BAJO LA AMENAZA DE LLAMAR A LA POLICÍA EN CASO DE NO HACERLO. SE NEGÓ, Y AQUELLA ACCIÓN COTIDIANA TERMINÓ SIENDO EL DESENCADENANTE DE UN MOVIMIENTO GENERALIZADO QUE SE CONOCIÓ COMO EL BOICOT DE LOS AUTOBUSES DE MONTGOMERY.
"HÁGALO", LE DIJO EN UNA OCASIÓN UNA SEÑORA LLAMADA ROSA PARKS A UN CONDUCTOR DE AUTOBÚS QUE LE ORDENÓ QUE CEDIESE SU ASIENTO A UN BLANCO BAJO LA AMENAZA DE LLAMAR A LA POLICÍA EN CASO DE NO HACERLO. SE NEGÓ, Y AQUELLA ACCIÓN COTIDIANA TERMINÓ SIENDO EL DESENCADENANTE DE UN MOVIMIENTO GENERALIZADO QUE SE CONOCIÓ COMO EL BOICOT DE LOS AUTOBUSES DE MONTGOMERY.
TODO COMENZÓ UN UNO DE DICIEMBRE DE 1955, CUANDO UNA COSTURERA AFRODESCENDIENTE DE 43 AÑOS, LLAMADA ROSA PARKS, QUE IBA SENTADA TRANQUILAMENTE EN UN AUTOBÚS DE LA COMPAÑÍA MONTGOMERY, SE NEGÓ A CEDER SU ASIENTO A UN SEÑOR BLANCO QUE ESTABA SIN SITIO. Por aquel entonces, los autobuses estaban señalizados con una línea: los blancos se sentaban delante y los negros, que eran el 75% de los usuarios, detrás, al fondo. No solamente eran humillados por tener que sentarse en sitios distintos, sino que para poder montarse en el bus tenían que pagar al conductor, bajarse y volver a entrar por la puerta trasera para dirigirse al lugar reservado para los negros.
Rosa se sentó en los asientos del medio, que podían ser usados por los negros si no había blancos que los "necesitasen". Cuando se llenó esa parte, el conductor, James F. Blake, le ordenó, junto a otros tres negros, que dejasen sus lugares a un blanco que acaba de subir, a pesar de que había aun sitios disponibles. “Este ni siquiera había pedido el asiento”, dijo después Parks en una entrevista posterior que concedió a la BBC. Los otros se levantaron, pero ella permaneció inmóvil.
El conductor llamó a la policía, que acabó deteniendo a Rosa, acusada de haber perturbado el orden público. Pasó la noche en prisión y quince días después fue condenada a pagar una multa de 15 dólares.
El caso es que Rosa no era solo una costurera anónima, como ha pasado a la leyenda, sino que antes de este incidente ya estaba plenamente involucrada en el Movimiento por los Derechos Civiles de los negros estadounidenses: nieta de esclavos, hija de un carpintero y de una maestra de escuela, desde 1949 era asesora de una asociación para promover el bienestar de este colectivo, la National Association for the Advancement of Colored People (NAACP, Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color), algo que no quita importancia a su tremendo y simbólico acto. Aunque la historia no era del todo así…
NO FUE LA PRIMERA
Curiosamente, nueve meses antes, el 2 de marzo de 1955, Claudette Colvin, una niña afrodescendiente de tan solo quince años, cogió un autobús y, como Rosa Parks, se sentó en la parte central reservada para blancos. Varios se quejaron. Sus amigas, también de color, cedieron y se fueron para la parte trasera, pero Claudette no. Así que el autobús permaneció parado hasta que llegó la policía, que no dudó en detener a la menor, sacarla arrastrando y encarcelarla como si fuese una adulta. Fue condenada por agredir a la autoridad y violar la ley de segregación racial.
Al igual que sucedería poco después con Parks, se inició una campaña contra las leyes racistas, pero pasó algo que cambió todo: Claudette se quedó embarazada de un hombre blanco, lo que hizo tambalear su imagen como icono de la lucha por los derechos civiles por el mero hecho de ser madre soltera y adolescente. Parks, al contrario, estaba casada y era moralmente “limpia”.
En 2021, ya con 82 años, inició un proceso judicial para que se anulase la sentencia y se recuperase su honor.
La historia la olvidó, pese a que fue la primera que dijo no. Y también lo hizo en Montgomery. De hecho, lo que hizo Rosa Parks fue repetir su gesto a modo de protesta, sin más.
BOICOT
Sea como fuere, desde la noche de su detención se inició una campaña de boicot contra la empresa de autobuses. Esa misma noche, la jefa
DESDE LA NOCHE DE LA DETENCIÓN DE ROSA PARKS SE INICIÓ UNA CAMPAÑA DE BOICOT CONTRA LA EMPRESA DE AUTOBUSES. ESA MISMA NOCHE, LA JEFA DEL CONSEJO POLÍTICO DE LA MUJER IMPRIMIÓ Y DISTRIBUYÓ UN FOLLETO A TODA LA COMUNIDAD NEGRA.
del Consejo Político de la Mujer, Jo Ann Robinson, profesora en Alabama, imprimió y distribuyó un folleto a toda la comunidad negra de Montgomery que decía lo siguiente: “Otra mujer fue arrestada y encarcelada por no querer levantarse del asiento que ocupaba en el autobús, para cederle el lugar a una persona de tez blanca. Es la segunda vez desde el caso de Claudette Colvin que una mujer de color es arrestada por tal motivo. Esto tiene que dejar de suceder. La gente de color también tiene derechos, y si dejasen de usar el sistema de autobuses, tal sistema no podría seguir operando. Tres cuartas partes de los pasajeros de autobús son negros, y de todas formas somos arrestados, o tenemos que viajar parados así haya asientos vacíos enfrente nuestro. De no hacer nada en pos de detener estos arrestos, van a continuar sucediendo. La próxima vez podrías ser tú, o tu hija, o tu madre. El juicio de esta mujer será el lunes. De tal forma, pedimos a cada negro que se rehúse a viajar en autobús este lunes en protesta a este arresto y juicio. No cojas autobuses al trabajo, ni a la ciudad, ni a la escuela, ni a ningún lugar el lunes. Puedes faltar al colegio un día si no tienes otra forma de ir que no sea el autobús. También puedes permanecer fuera de la ciudad, solo por un día. En caso de que trabajes, toma un taxi o bien, camina. Pero por favor, niños y adultos, no usen el autobús el lunes”.
Así, el Consejo Político de la Mujer fue el primer órgano en proponer el boicot. La comunidad negra, inmediatamente, lo secundó también. Y se organizaron de una forma maravillosa: la mayor parte se desplazaron andando, pero también usaron un sistema de coches compartidos, con dueños de coches voluntarios o con ellos mismos conduciendo a los demás a los diferentes destinos. Los taxistas negros cobraron solo diez centavos, lo que costaba un ticket de bus, a los clientes negros –cuando las autoridades locales se enteraron de esto, se ordenó multar a cualquier taxista que cobrara menos de 45 centavos—. Además de utilizar bicicletas o, incluso, montar mulas.
Por todo el país las iglesias negras comenzaron a recaudar dinero para financiar el boicot, recolectando, asimismo, calzado nuevo para reemplazar los viejos y gastados zapatos de los ciudadanos negros de Montgomery, muchos de los cuales preferían caminar a cualquier lado en vez de coger los autobuses.
Indignado y hastiado, un joven y
POR TODO EL PAÍS LAS IGLESIAS NEGRAS COMENZARON A RECAUDAR
DINERO PARA FINANCIAR EL BOICOT, RECOLECTANDO, ASIMISMO, CALZADO NUEVO PARA REEMPLAZAR LOS VIEJOS Y GASTADOS ZAPATOS DE LOS CIUDADANOS DE COLOR DE MONTGOMERY.
desconocido pastor llamado Martin Luther King, que un año antes, en 1954, se había convertido en pastor de una iglesia bautista en Montgomery, cuando aún tenía 25 años, organizó una oleada de protestas contra la segregación en los autobuses públicos de Montgomery.
King llegó a ser detenido, junto a otros 156 manifestantes, por "obstaculizar" el paso de un autobús. Se le ordenó pagar una multa de 500 dólares o 386 días de cárcel. Terminó pasando dos semanas en la cárcel. Comentó lo siguiente sobre el arresto: “Yo estaba orgulloso de mi crimen, fue el crimen de experimentar con mi gente una protesta no violenta contra la injusticia”.
El movimiento, que duró 382 días, se fue poniendo cada vez más tenso y violento, hasta el punto de que la casa de King fue incendiada el 30 de enero del año 1956, así como las de otros líderes y algunas iglesias negras. Los treinta mil afroamericanos que participaron hicieron marchas de hasta nueve kilómetros, y, cuando les preguntaban cómo se sentían, algunos respondían: “Mis pies, cansados. Mi alma, ¡liberada!”.
El boicot terminó gracias a una decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos del 13 de noviembre de 1956 que declaró ilegal la segregación en los autobuses, restaurantes, escuelas y otros lugares públicos. El 20 de diciembre, una ordenanza municipal permitió por fin a los pasajeros negros de Montgomery sentarse donde quisieran.
La foto policial que le hicieron tras su detención, mientras sujetaba el número 7053, se convirtió en uno
de los principales símbolos de la lucha por la libertad para los millones de estadounidenses que, simplemente por el color de su piel, gozaban de menos derechos que los blancos.
Rosa Parks, que falleció en 2005 a los 92 años, continuó luchando durante el resto de su vida por los derechos civiles de los afrodescencientes, pese a las amenazas de muerte y los ataques que sufrieron tanto ella como su marido. Durante años trabajó codo con codo con el diputado afroamericano John Conyers, del Partido Demócrata… pero lo hizo como secretaria. Ese era su trabajo cuando treinta años más tarde de lo sucedido se jubiló en 1988. Desde entonces vivió casi en la indigencia por la misera pensión que cobraba.
En 1999, recibió la Medalla de Oro del Congreso de los EE.UU. Su cuerpo fue velado en el Capitolio. Pero no mucho antes había estado a punto de ser desahuciada de la casa en la que vivía por no poder acometer el precio del alquiler. Nadie le ayudó, pese a que estaba prácticamente ciega y aquejada de una incipiente demencia. Por fortuna, la noticia se hizo pública, y consiguió que, gracias al apoyo de algunos líderes afroamericanos, como el director de cine Spike Lee, no le echaran de la casa en la que terminaría viviendo los últimos días de su ajetreada vida.
Por desgracia, aunque durante las últimas décadas se han conseguido importantes avances en la igualdad de derechos en Estados Unidos, hay cosas que parecen no cambiar nunca. Además de que en los últimos tiempos han aumentado los discursos públicos racistas, en parte gracias al crecimiento exponencial de la extrema derecha blanca, los crímenes policiales contra afrodescendientes siguen estando a la orden del día, como demuestra el tristemente célebre asesinato de George Floyd, que tuvo lugar el 25 de mayo de 2020, en Mineápolis, Minnesota, y que dio inicio a un amplio movimiento internacional conocido como Black Lives Matter.
No ha sido el último asesinado por la violencia racial, en un país que aún tiene una deuda pendiente con gran parte de su población.
EL BOICTO TERMINÓ GRACIAS A UNA DECISIÓN DE LA CORTE SUPREMA DE LOS ESTADOS UNIDOS DEL 13 DE NOVIEMBRE DE 1956, QUE DECLARÓ ILEGAL LA SEGREGACIÓN EN LOS AUTOBUSES, RESTAURANTES, ESCUELAS Y OTROS LUGARES PÚBLICOS.