LAS DOS MUERTES DE LORCA
LAS CIRCUNSTANCIAS DE LA MUERTE DE GARCÍA LORCA FUERON SILENCIADAS DURANTE LA DICTADURA. SU CUERPO NUNCA SE ENCONTRÓ… EN LA DÉCADA DE 1990, VARIOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SE HICIERON ECO DE LOS INSISTENTES RUMORES QUE SITUABAN AL POETA CON VIDA, DESPUÉS DE
LAS CIRCUNSTANCIAS DE LA MUERTE DE GARCÍA LORCA FUERON SILENCIADAS DURANTE LA DICTADURA. SU CUERPO NUNCA SE ENCONTRÓ… EN LA DÉCADA DE 1990, VARIOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SE HICIERON ECO DE LOS INSISTENTES RUMORES QUE SITUABAN AL POETA CON VIDA, DESPUÉS DE HABER SOBREVIVIDO A SU FUSILAMIENTO. ¿QUÉ HAY DE VERDAD EN TORNO A ESTA SORPRENDENTE HISTORIA?
EN EL VERANO DE 1999 UNA REVISTA PUBLICABA UN IMPACTANTE REPORTAJE. Con el título Lorca, el dos veces muerto, su autor especulaba con la posibilidad de que Federico García Lorca (1898-1936) hubiera sobrevivido a la muerte cuando fue fusilado aquella trágica madrugada del 18 de agosto de 1936 en las inmediaciones de la localidad de Víznar. La fuente de partida para esta leyenda era un recorte de prensa titulado La otra muerte de Federico García Lorca, supuestamente publicado en El Ideal (el más prestigioso diario local de Granada) en agosto de 1976 por Rocío Pérez Sanz. El texto, que finalizaba con un sugerente “Continuará…” pretendía ser el primero de una serie de artículos acerca de la “segunda vida” de Lorca. Sin embargo, el director del periódico en aquella época, Francisco Javier Rodero, decidió interrumpir su publicación, no cediendo a dar pábulo a esta disparatada teoría.
La joven periodista Rocío Pérez Sanz había iniciado su investigación ese mismo año de 1976, cuando un panadero de la localidad de Calicasas, Rogelio Bermejo Vidal (fallecido en 1982), le había manifestado que, en agosto de 1936, y cuando hacía su reparto en su bicicleta por los alrededores de Víznar, se había encontrado con una persona moribunda con heridas de bala. Tras darle agua, decidió llevarlo hasta el convento de San Bartolomé, a escasos kilómetros de Calicasas, donde las monjas cuidaron a este hombre malherido, que no recordaba quién era y apenas articulaba palabra, y al que llamaron “Manuel”. El tal “Manuel” murió en 1954, como consecuencia de un derrame cerebral.
Pero no fue hasta 1976 cuando, viendo en un reportaje del NO-DO imágenes del poeta granadino, Rogelio Bermejo pudo identificar este con aquella persona que había asis
LA CRÓNICA DE LA MUERTE DE LORCA, CUYAS CIRCUNSTANCIAS FUERON SILENCIADAS DURANTE LA DICTADURA, COMIENZA EL 7 DE AGOSTO DE 1936.
tido cuarenta años atrás… Como evidencia gráfica de la supuesta estancia de Lorca en el convento durante dieciocho años, las monjas le habían entregado una fotografía de este realizada en los años cuarenta del pasado siglo. Contrariamente a la versión oficial, Lorca había seguido vivo después de 1936…
La joven periodista Rocío Pérez fue objeto de burlas por parte de sus compañeros, que se mofaron de aquella fotografía, que bautizaron como “la foto de Lorca, el hortelano”. Un par de años más tarde abandonó el periodismo, después de haber intentado comercializar la exclusiva en otros medios. Tal vez, la delicada situación política de la Transición obligó a silenciar aquella historia, relegándola al olvido…
¿CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA?
La crónica de la muerte de Lorca, cuyas circunstancias fueron silenciadas durante la Dictadura, comienza el 7 de agosto de 1936. Ese día, acudía a la Huerta de San Vicente, buscando refugio, Alfredo Rodríguez Orgaz (1907-1994), un joven arquitecto madrileño, afincado en Granada, que estaba en “busca y captura” por su filiación socialista. Fue acogido por la familia de Lorca, aunque se le advirtió de que, tal vez, no era el lugar más seguro. Y así fue…
A los pocos minutos, la presencia de un grupo de milicianos en los alrededores generó suspicacias en la Huerta. Lorca le dijo a su amigo que escapara, mientras
este le insistía que le acompañara en su huida… como si presagiara cuál sería el destino del poeta si se quedaba allí…
Aquellos milicianos probablemente no buscaban al arquitecto, pues, dos días más tarde, la familia Lorca fue asaltada por el entonces alcalde de Pinos Puente, García Puertas el “Marranero”, al que acompañan los hermanos Roldán, familia que inspira La Casa de Bernarda Alba (1936) y enemistada con los Lorca (ver cuadro). El grupo, vinculado con la CEDA (Confederación de Derechas Autónomas) buscaba al casero de la Huerta: Gabriel Pérez Ruiz. Este fue atado a un cerezo y, a latigazos, fue interrogado acerca del paradero de sus hermanos, a los que se les imputaba el asesinato de dos personas –cuñados del “Marranero”– en la localidad granadina de Valderrubio (conocida hasta 1943 como Asquerosa, que deriva del latín Aqua Rosae).
Este episodio, así como las suspicacias de que Lorca podía ser un “espía ruso” que ocultaba una radio clandestina con la que mantenía comunicación con los republicanos, fueron el detonante para que este huyera de la Huerta de San Vicente para buscar refugio en Granada. Pero, ¿adónde ir? Entonces pensó en pedir ayuda a su amigo el poeta Luis Rosales (1910-1992), cuyos hermanos eran falangistas, y cuya vivienda ya había servido antes de asilo a perseguidos, sospechosos de ser “rojos”. Lorca creía que allí estaría seguro, pero se equivocaba…
La tarde del 16 de agosto se presentaba en la casa de los Rosales Ramón Ruiz Alonso (1903-1978), diputado del CEDA, con un tropel de milicianos que rodearon las inmediaciones. Lorca fue conducido hasta el Gobierno Civil, y de nada sirvieron las gestiones de los hermanos Rosales solicitando su liberación. Parece que había sido el mismo
LA TARDE DEL 16 DE AGOSTO LORCA FUE CONDUCIDO HASTA EL GOBIERNO CIVIL, Y DE NADA SIRVIERON LAS GESTIONES DE LOS HERMANOS ROSALES SOLICITANDO SU LIBERACIÓN.
Ruiz Alonso quien habría denunciado a Lorca ante el gobernador, el comandante José Valdés Guzmán (1891-1939), acusándole de ser “espía ruso” –sirviendo de “enlace” entre republicanos y la URSS– y haber hecho “más daño con la pluma que otros con la pistola”.
¿ARAÑA DEL OLVIDO?
La noche del 18 de agosto, el gobernador habría telefoneado al teniente general Queipo de Llano (1875-1951), quien dirigía el mando de la sublevación en Sevilla, instaurando un auténtico régimen represivo. A pesar de su participación en el golpe de Estado, Queipo de Llano se caracterizaba por ser furibundo anti-falangista, al haber sido enemigo declarado de José Antonio Primo de Rivera (1903-1936), lo que frustraba cualquier rogativa en favor de Lorca por parte de los falangistas Rosales. Precisamente este conflicto intestinal entre el bando sublevado, que enfrentaba a la CEDA con la Falange, ha sido una de las circunstancias que, probablemente, contribuyeron a precipitar la muerte de Lorca. “Dadle café, mucho café”, fue la frase en clave pronunciada por Queipo de Llano que ordenó su fusilamiento...
La madrugada del 18 de agosto, García Lorca fue esposado junto con el maestro de escuela Dióscoro Galindo (1877-1936), vinculado al Frente Popular y siempre acompañado de una muleta de madera, por tener una pierna amputada. También eran custodiados hacia el mismo fatal destino los banderilleros anarquistas del Albaicín, Galadí y Arcollas. Los cuatro hombres fueron conducidos hasta Víznar, a unos doce kilómetros. Allí fueron ingresados en La Colonia, una improvisada cárcel cuyo mando desempeñaba el capitán falangista Néstares Cuéllar (1900-1977) quien, aunque se sabe que intervino indultando a varios reos, aun siendo amigo desde muy joven de Lorca, contempló impasible su calvario…
A Agustín Penón (1920-1976) corresponde el mérito de ser el primero en investigar las circunstancias de la muerte del admirado poeta. Llegado desde Estados Unidos a Granada en 1955, entre los documentos hallados durante su investigación destaca la cínica nota de defunción de Lorca, redactada cuatro años después de su muerte, donde reza lo siguiente: “Falleció en el mes de agosto de 1936 a consecuencia de heridas producidas por hecho de guerra, siendo encontrado su cadáver el día 20 del mismo mes en la carretera de Víznar a Alfacar”.
En virtud de los testimonios (ver cuadro), se señaló el Barranco de Víznar como el lugar donde Lorca habría
LA MADRUGADA DEL 18 DE
AGOSTO, GARCÍA LORCA FUE ESPOSADO JUNTO CON EL MAESTRO DE ESCUELA DIÓSCORO GALINDO (1877-1936), VINCULADO AL FRENTE POPULAR Y SIEMPRE ACOMPAÑADO DE UNA MULETA DE MADERA, POR TENER UNA PIERNA AMPUTADA. TAMBIÉN ERAN CUSTODIADOS LOS BANDERILLEROS ANARQUISTAS DEL ALBAICÍN, GALADÍ Y ARCOLLAS.
recibido sepultura. Sin embargo, la excavación realizada 2009 en el punto señalado, resultó infructuoso: no se encontró nada.
A la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica se le había pasado desapercibida una noticia publicada un año antes: durante las obras del parque realizadas en la zona en 1986 se desenterraron unos restos óseos. Su hallazgo fue silenciado por las autoridades después de que terminaran extraviándose. Entre estos restos se halló una muleta de madera…
LORCA... ¿SIGUE VIVO?
Todavía hoy, hay quienes aseguran que el poeta granadino no murió en 1936, y se hacen eco del rumor de que este siguió viviendo años después… La historia de un Lorca desmemoriado y sin poder escribir a consecuencia de las graves secuelas sufridas por su fusilamiento, fue el argumento de un documental televisivo titulado La otra muerte de Federico García Lorca, emitido por TVE-2 el 7 de marzo de 1999, dentro de la serie Páginas ocultas de la historia, con guion de los escritores Fernando Marías (1958) y Juan Bas (1959).
Sin embargo, estos documentales se insertaban dentro del género “falso documental” o mockumentary, es decir, dramatizaban un relato, absolutamente ficticio, como si fuera algo real. Solamente los créditos finales y, en ocasiones, algunas pistas diseminadas a lo largo del
documental si son hábilmente interpretadas, permiten deducir que lo que se está viendo responde en realidad a una ficción.
En el caso de La otra muerte de Federico…, ninguno de los datos mencionados era real. El periódico Ideal –que nunca tuvo como director a un tal Francisco Javier Rodero–no había publicado ningún artículo sobre la “nomuerte” de Lorca. La periodista Rocío Pérez Sanz (interpretada por una actriz) no existía, ni tampoco Rogelio Bermejo, el panadero que aseguró encontrar al poeta malherido… ni el convento de San Bartolomé. Mientras que la fotografía del Lorca desmemoriado junto con las monjas era un simple fotomontaje. Por si quedara alguna duda, al término del documental se aclaraba: “Este capítulo es una ficción basada en una hipótesis histórica a partir de la novela ‘La Luz Prodigiosa’ de Fernando Marías".
La Luz Prodigiosa (1990) fue la novela de Fernando Marías –adaptada al cine en 2003– que se tomaba la licencia literaria de resucitar al genial poeta, cuyo cadáver todavía no ha sido desenterrado. La idea para la novela brotó en su mente hacia 1976 o 1977 cuando, un día, el jovencísimo escritor, recién llegado a Madrid para estudiar Ciencias de la Información, paseaba por los alrededores de la Plaza del Sol. Por la calle Montera vio a un indigente, deambulando de manera desorientada, que tenía un asombroso parecido con su padre. Esto le hizo pensar que, tal vez, pudiera tratarse de su tío Luis, quien había desaparecido durante la Guerra Civil… Durante varios días, el escritor acudió varias veces a la calle Montera, esperando encontrarse nuevamente con aquel mendigo. Quería preguntarle quién era, saber si realmente podía tratarse de su tío desaparecido… Pero nunca más volvió a encontrarse con él.
Esta obsesión del escritor fue la que inspiraría la idea de un Lorca redivivo, cuyo argumento terminaría calando en un sector de la audiencia que, cuando se emitió aquel “falso documental”, no esperó a leer los títulos de crédito. Fue así como se difundió la leyenda urbana de que Lorca no había muerto… Quién sabe, tal vez el hecho de que sus restos no hayan sido todavía encontrados, certificando así su muerte, constituya la última metáfora de un poeta que resucita cada vez que desconectamos el WhatsApp y leemos una de sus obras… No; Lorca no ha muerto.