LA DAMA MISTERIOSA

INICIALMENTE, PEDRO IBARRA, EL PROPAGADOR DE SU HALLAZGO, PRESENTÓ EL BUSTO COMO LA REPRESENTACIÓN DE UN VARÓN QUE HABRÍA DE IDENTIFICARSE

CON EL MISMO DIOS APOLO, REPRESENTANDO LOS “RODETES” EL CARRO SOLAR.

PARA EL ARQUEÓLOGO MANUEL BENDALA, TAL Y COMO EXPONE

EN SU ARTÍCULO "UNA MIRADA

A LA DAMA DE ELCHE" (1997), EL BUSTO ES POSIBLE QUE SEA LA REPRODUCCIÓN DE UNA IMAGEN DE CULTO DE VESTIR. SU CUERPO PUDO SER UN ESQUEMÁTICO MANIQUÍ DE MADERA, CUBIERTO CON VESTIMENTA Y ADORNOS (COMO LAS

ACTUALES VÍRGENES DE PROCESIÓN) Y QUE PRESENTARÍA TALLADOS EN PIEDRA EL ROSTRO, LAS MANOS Y, TAL VEZ, LOS PIES.

ESTA HIPÓTESIS HA QUEDADO CONTRARRESTADA AL EVIDENCIARSE SU USO COMO URNA FUNERARIA, LO QUE IMPIDE IDENTIFICARLA COMO IMAGEN DE UNA DEIDAD, TAL Y COMO ADVIERTE EL HISTORIADOR BENJAMÍN COLLADO, EN SU ARTÍCULO "LA DAMA DE ELCHE" (2016): “PARA LA MENTALIDAD DE LA ÉPOCA SUPONDRÍA UN SACRILEGIO QUE LOS RESTOS DE UN CADÁVER, IMPURO POR NATURALEZA, SE INTRODUJERAN DENTRO DE LA IMAGEN DE LA DIOSA”.

NO SE DESCARTA, SIN EMBARGO,

QUE LA EFIGIE ESTÉ INMORTALIZANDO A UNA ESPECIE DE SACERDOTISA.

TAL Y COMO ARGUMENTA RAFAEL RAMOS EN SU IMPRESCINDIBLE "LA DAMA DE ELCHE" (ALMUZARA, 2021): “CON RELACIÓN A LA PROBLEMÁTICA REFERIDA A SI ESTA OBRA REPRODUCE LA IMAGEN DE UNA MUJER MORTAL O DE UNA DIOSA, O A SI REUNÍA AMBAS APARIENCIAS A LA VEZ

PARA EXPRESAR LA UNIDAD DE LO DIVINO Y LO HUMANO, EXISTEN INTERPRETACIONES DISTINTAS. PUDIERA TRATARSE DE UNA MUJER RICAMENTE ATAVIADA O PUDIERA

SER LA FIGURA IDEAL DE UNA

DIOSA, O INCLUSO UNA AMBIGUA MANIFESTACIÓN DE LAS DOS”.