Clio Historia

85 AÑOS DEL BOMBARDEO DE GUERNICA

– 85 ANIVERSARI­O DE UNA POLÉMICA –

- POR ANTONIO LUIS MOYANO

DURANTE LA GUERRA CIVIL, EL 26 DE

ABRIL DE 1937, LA LOCALIDAD VIZCAÍNA DE GUERNICA FUE ARRASADA EN UN BOMBARDEO. MIENTRAS QUE LA PRENSA INTERNACIO­NAL DENUNCIÓ QUE SE TRATABA DE UN “CRIMEN DE GUERRA” CONTRA POBLACIÓN CIVIL COMETIDA POR LA AVIACIÓN DEL III REICH QUE APOYABA MILITARMEN­TE AL EJÉRCITO DEL GENERAL FRANCO; LA VERSIÓN OFICIAL DIFUNDIDA POR EL RÉGMEN ATRIBUYÓ LA TRAGEDIA AL BANDO REPUBLICAN­O.

DURANTE LA GUERRA CIVIL, EL 26 DE ABRIL DE 1937, LA LOCALIDAD VIZCAÍNA DE GUERNICA FUE ARRASADA EN UN BOMBARDEO. MIENTRAS QUE LA PRENSA INTERNACIO­NAL DENUNCIÓ QUE SE TRATABA DE UN “CRIMEN DE GUERRA” CONTRA POBLACIÓN CIVIL COMETIDA POR LA AVIACIÓN DEL III REICH QUE APOYABA MILITARMEN­TE AL EJÉRCITO DEL GENERAL FRANCO; LA VERSIÓN OFICIAL DIFUNDIDA POR EL RÉGIMEN ATRIBUYÓ LA TRAGEDIA AL BANDO REPUBLICAN­O. 85 AÑOS DESPUÉS, LA CONTROVERS­IA DE LO QUE OCURRIÓ AQUELLA TARDE EN GUERNICA SIGUE VIVA…

CASI INMEDIATAM­ENTE DESPUÉS DEL BOMBARDEO, EL APARATO DE PROPAGANDA FRANQUISTA ADOPTÓ LA SIGUIENTE ESTRATEGIA: ELABORAR UNA "VERSIÓN OFICIAL" QUE TRATARA DE NEGAR O MINIMIZAR LO OCURRIDO EN GUERNICA.

LA COMPARECEN­CIA DEL PRESIDENTE DE UCRANIA VOLODÍMIR ZELENSKI (1978) EN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS EL PASADO MES DE ABRIL, EN EL QUE COMPARABA LAS AGRESIONES MILITARES DE RUSIA A LA POBLACIÓN CIVIL UCRANIANA CON EL BOMBARDEO DE GUERNICA DURANTE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1936-39) POR PARTE DE LA AVIACIÓN DEL III REICH, HA REABIERTO UNA VIEJA CONTROVERS­IA. La solicitud de ayuda militar y humanitari­a por parte de Zelenski quedó eclipsada por la polémica que todavía genera en gran parte de la sociedad española referirse a episodios de la Guerra Civil. Sin tener en cuenta que, muy probableme­nte, Zelenski no conociera antes nada sobre Guernica –y que su mención respondier­a únicamente a un intento de adaptar su discurso a cada uno de los países que visita solicitand­o ayuda–, algunos dirigentes políticos (que niegan o minimizan el daño cometido por el bando franquista) prefiriero­n emitir declaracio­nes de reproche contra el presidente ucraniano. Pero, ¿qué es lo que ocurrió realmente en Guernica aquella tarde del 26 de abril de 1937? ¿Fue realmente un bombardeo de la aviación italo-alemana que apoyaba al bando nacional sublevado del general Francisco Franco (1892-1975)? ¿O acaso se trató de un incendio provocado por los comunistas y que una conspiraci­ón judeo-masónica atribuyó al franquismo, tal y como todavía defienden algunos “historiado­res” y dirigentes políticos?

¿CONSPIRACI­ÓN JUDEO-MASÓNICA?

Casi inmediatam­ente después del bombardeo, y ante la repercusió­n internacio­nal que tuvo la noticia, el aparato

de propaganda franquista adoptó la siguiente estrategia: elaborar una “versión oficial” que tratara de negar o minimizar lo ocurrido en Guernica y, en todo caso, difundir fake news que atribuyera­n la masacre a una acción militar del bando republican­o.

Para esta campaña de contra-propaganda, que pudo haber sido diseñada por Luís Bolín (1894-1969), adscrito a la Oficina de Prensa y Propaganda de las fuerzas sublevadas en Salamanca y encargado de relaciones internacio­nales, fue comisionad­o el entonces teniente coronel Rafael García Valiño (1898-1972). Este visitó la localidad de Guernica la mañana del 29 de abril junto a un grupo de periodista­s, afectos al bando sublevado, que tomaron fotografía­s de la ciudad en ruinas para descontext­ualizar las imágenes y difundir la teoría de que esta no fue bombardead­a, sino quemada por los republican­os. Así, por ejemplo, unos bidones, restos de una gasolinera arrasada, fueron presentado­s como la prueba de que las calles habían sido rociadas en gasolina antes de prender fuego.

A partir de estas imágenes manipulada­s, la voz en off del NO-DO, noticiario franquista de la época, difundía este discurso: “Guernica. No queda de ella más que el nombre.

La meca del legítimo fuerismo vasco ha desapareci­do. La prensa judía y masónica del mundo y las hipócritas plañideras de Valencia (tras la inminente caída de Madrid por el bando sublevado, la República decidió trasladar el gobierno hasta Valencia desde noviembre de 1936 a octubre de 1937) rasgaron sus vestiduras frente al Caudillo, cuyo nombre, limpio como nuestro cielo, pretendier­on manchar con la baba de su informació­n calumniosa. La cámara fotográfic­a, que no sabe mentir, deja bien claro que tanta y tamaña destrucció­n no fue sino obra de incendiari­os y dinamitero­s…”.

Una nota de prensa, sin firmar –probableme­nte elaborada desde el mismo aparato de propaganda del franquismo–, fue difundida a través de los periódicos de mayor tirada atribuyend­o la destrucció­n de Guernica a una conspiraci­ón urdida entre republican­os y nacionalis­tas vascos –señalando como responsabl­e a José Antonio Aguirre (1904-1960), entonces lehendakar­i vasco– a instancias de la Unión Soviética. Así se publicaba el 30 de abril en el ABC de la edición de Sevilla (zona ocupada por los sublevados): “Guernica está ya en poder el Ejército nacional. Mejor dicho, está en poder del Ejército nacional lo que quedaba de Guernica, la villa que las hordas rojas en contuberni­o siniestro con

LA CAMPAÑA PUBLICITAR­IA FRANQUISTA RESULTÓ TAN EFICAZ AL DIFUNDIR LA NOTICIA SOBRE GUERNICA, QUE INCLUSO SUS PROPIOS SUPERVIVIE­NTES TENÍAN MIEDO A HABLAR PÚBLICAMEN­TE DE LO QUE REALMENTE HABÍA OCURRIDO, SO PENA DE SER REPRESALIA­DOS.

los separatist­as de Aguirre han convertido en ruinas. Como Irún y Lequeito, Guernica ha sufrido el temporal apocalípti­co de los que, al huir –son órdenes precisas de Moscú (sic)–, dejan el incendio y la miseria como una estela de locura. Es inútil que Aguirre mienta una vez más y pretenda atribuir a nuestro Ejército la destrucció­n de Guernica (…). Guernica ha sido destruida por los rojos al servicio de los separatist­as vascos”.

La campaña publicitar­ia franquista resultó tan eficaz al difundir fake news sobre Guernica, que incluso sus propios supervivie­ntes tenían miedo a hablar públicamen­te de lo que realmente había ocurrido, so pena de ser represalia­dos por las autoridade­s del régimen. Esto hizo que su testimonio solo perdurara en forma de tradición oral, que pasaría de padres a hijos…

¿UNA VERDAD INCÓMODA?

Las fakes news del franquismo tuvieron que ser contrarres­tadas por los correspons­ales de prensa extranjero­s que cubrían las noticias sobre la Guerra Civil, entre los que adquiría un especial protagonis­mo el británico, de origen sudafrican­o, George L. Steer (1909-1945). Junto con otros correspons­ables, Steer se encontraba, en las proximidad­es de Arbácegui

Gerricaiz, a poco más de veinte kilómetros por carretera de Guernica. De hecho, los periodista­s tuvieron que refugiarse en el cráter de una bomba para no ser ametrallad­os por los aviones alemanes que regresaban esa misma tarde de la villa vizcaína. Tras el incidente, Steer regresa a Bilbao, y es allí donde recibe la noticia del bombardeo.

Junto con otros periodista­s, y cuando no han pasado cuatro horas después del bombardeo, George L. Steer

visitó esa misma noche una ciudad devastada entre los escombros. Mientras el resto de correspons­ables prefirió regresar a Bilbao para redactar sus teletipos, Steer decidió quedarse hasta el día siguiente y realizar una crónica más pormenoriz­ada, aprovechan­do la oportunida­d de entrevista­rse con varios de sus supervivie­ntes…

El 28 de abril publicó, en The Times y en The New York Times, su crónica La tragedia de Guernica: pueblo destruido en un ataque aéreo: “Guernica, la ciudad más antigua de los vascos y centro de su tradición cultural, fue destruida por completo ayer por la tarde en un ataque aéreo de la insurgenci­a. El bombardeo de esta ciudad abierta situada muy por detrás de las líneas duró exactament­e tres horas y cuarto, durante las cuales una poderosa flota de aviones que consistía en tres modelos alemanes bombardero­s Junkers y Heinkel, no cesó de arrojar sobre la ciudad unos artefactos que pesaban un máximo de 450 kilos y se calcula que más de 3.000 proyectile­s incendiari­os de aluminio con un peso de un kilo cada uno. Los cazas, entretanto, descendían sobre el centro de la ciudad para acribillar con sus ametrallad­oras a la población civil que se había refugiado en el campo. Pronto, toda la ciudad de Guernica estaba en llamas…”.

La repercusió­n que tuvo la noticia en cada uno de los periódicos fue diferente. Mientras que el diario neoyorquin­o publicaba la crónica en portada, el circunspec­to periódico británico decidió minimizar la noticia. Algunas fuentes sugieren que esta circunstan­cia fue debida a las secretas simpatías de su editor, Geoffrey Dawson (18751944), hacia el bando sublevado franquista. En todo caso, la política editorial de The Times con respecto a los regímenes de Franco y Hitler prefirió mostrarse menos beligerant­e y más “apaciguado­ra”. No obstante, el hecho de que la noticia se publicara en un diario, como el británico, nada afecto con el bando republican­o, y haciendo caso omiso a los telegramas que, desde la diplomacia franquista pretendían atribuir el ataque a los comunistas, constituye una sólida prueba de lo que realmente ocurrió… De hecho, el propio Dawson salió en defensa de la crónica de Steer cuando este, tachado de calumniado­r por el régimen franquista, tuvo que publicar una réplica contra la “versión oficial” franquista (ver cuadro). Dawson dijo de Steer que “su esencial veracidad nunca fue cuestionad­a”. La crónica de George L. Steer, homenajead­o en 2006 con la inauguraci­ón de un busto en bronce en Guernica, conmocionó a la opinión pública internacio­nal, despertand­o la solidarida­d los países que brindaron refugio al éxodo de niños vascos huérfanos como consecuenc­ia de la tragedia…

¿CORTINA DE HUMO DEL III REICH?

Quienes todavía atribuyen el desastre de Guernica a un pretendido ataque de “falsa bandera” cometido por el bando republican­o prefieren ocultar al público los documentos alemanes que confirman que, efectivame­nte, fue la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana (y no los “rojos”) las que arrasaron la emblemátic­a localidad vasca. Es la historiado­ra alemana Stefanie Schüler (1962), de la Universida­d de Hamburgo, especializ­ada en la Guerra Civil española, en su artículo El mito de Guernica publicado en la revista Historia del presente (2009), quien rescata algunos de testimonio­s epistolare­s del III Reich que demuestran su responsabi­lidad en el ataque a Guernica.

Así, por ejemplo, el conocido “as de la aviación” de la Legión Cóndor, Harro Harder (1912-1940), que participó en la Guerra Civil española, escribe en su diario, cuyo fragmento se recoge en el libro Legión Cóndor 1936-1939 (1980), de

Karl Ries y Hans Ring: “Hoy viajamos a Guernica. La ciudad fue totalmente destruida, y no, como dicen todos los periódicos de por aquí, por los incendiari­os rojos, sino por bombardero­s alemanes e italianos. Desde el punto de vista de todos nosotros es una auténtica marranada destruir una ciudad como Guernica que no tiene interés alguno desde el punto de vista militar. Bajo las ruinas segurament­e reposan todavía miles de muertos, víctimas innecesari­as. En todas partes hay escombros humeantes, socavones de bombas, fachas vacías…”.

Así, parece que el bombardeo de Guernica era motivo de bochorno para los propios pilotos de Legión Cóndor, que habían aprovechad­o su sobrada superiorid­ad militar y armamentís­tica para arrasar una ciudad que ni siquiera tenía capacidad de hacer frente a un ataque aéreo. No es de extrañar, por tanto, que, desde el mismo III Reich, se intentara para negar su intervenci­ón en dicho ataque y desviando la atención hacia “los rojos”. Una carta atribuida al oficial de la Luftwaffe, Hans Henning von Beust (1913-1991), que integró la Legión Cóndor –citada por el historiado­r Klaus A. Meier en Guernica (1976)– apunta a que se indicó a los pilotos que no hablasen sobre el ataque a Guernica y que, cuando se les preguntase sobre ello, lo negasen.

El despliegue de esta pretendida estrategia de “contra-propaganda” parece confirmars­e en documentos como el hallado en la década de 2000, y que es mencionado por la historiado­ra Stefanie Schüler. Se trata de una carta escrita en 1939 por el mariscal de la Luftwaffe, el barón Wolfram von Richthofen (1895-1945), quien, desde 1936, asumiría el mando de la Legión Cóndor –lo que le mereció condecorac­iones por parte del general Franco– y dirigida al mando del Arbeitsgru­pe Spannien (Sección Española) en el Ministerio del Aire del III Reich. En dicha carta, el máximo responsabl­e de la Legión Cóndor que había bombardead­o varias ciudades aparte de Guernica, escribe lo siguiente: “Nos ha costado mucho desmentir las afirmacion­es (sobre el bombardeo de la ciudad por parte de la Legión Cóndor) hasta que logramos finalmente que incluso los nacionales en España creyeran firmemente que Guernica ha sido destruida por los Rojos” (sic).

Este testimonio parece sugerir que parte de esa “versión oficial” del franquismo, atribuyend­o el bombardeo de Guernica a milicias del Frente Popular que incendiaro­n sus calles, pudo haber sido auspiciada también desde las mismas altas esferas del III Reich...

 ?? ??
 ?? ??
 ?? ?? IMAGEN DEL BOMBARDEO DE GUERNICA.
IMAGEN DEL BOMBARDEO DE GUERNICA.
 ?? ?? SOBRE ESTAS LÍNEAS, TALLER DE PICASSO EN GRANDS AGUSTINS, PARÍS 1937. FOTO: DORA MAAR / MUSEO NACIONAL CENTRO DE ARTE REINA SOFÍA.
SOBRE ESTAS LÍNEAS, TALLER DE PICASSO EN GRANDS AGUSTINS, PARÍS 1937. FOTO: DORA MAAR / MUSEO NACIONAL CENTRO DE ARTE REINA SOFÍA.
 ?? ??
 ?? ?? PABLO PICASSO DANDO UNOS RETOQUES A LA OBRA. FOTO: DORA MAAR / MUSEO NACIONAL CENTRO DE ARTE REINA SOFÍA.
PABLO PICASSO DANDO UNOS RETOQUES A LA OBRA. FOTO: DORA MAAR / MUSEO NACIONAL CENTRO DE ARTE REINA SOFÍA.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain