MOMIAS EGIPCIAS COMO ASPIRINA
ENTRE LOS SIGLOS XVI Y XVIII SE CREÍA QUE EL POLVO RESULTANTE DE LA DESTRUCCIÓN DE MOMIAS EGIPCIAS PODÍA CURAR CASI CUALQUIER DOLENCIA; ALGO QUE MÁS TARDE SE DESCUBRIÓ COMO UN GRAN ENGAÑO Y EL CAUSANTE DE UN GRAVE PROBLEMA PARA LA SALUD. ESTA ES LA HISTORIA DE UNA FALSA LEYENDA QUE PROVOCÓ LA DESAPARICIÓN DE UN PATRIMONIO HISTÓRICO INCALCULABLE.
ENTRE LOS SIGLOS XVI Y XVIII SE CREÍA QUE EL POLVO RESULTANTE DE LA DESTRUCCIÓN DE MOMIAS EGIPCIAS PODÍA CURAR CASI CUALQUIER DOLENCIA; ALGO QUE MÁS TARDE SE DESCUBRIÓ COMO UN GRAN ENGAÑO Y EL CAUSANTE DE UN GRAVE PROBLEMA PARA LA SALUD. ESTA ES LA HISTORIA DE UNA FALSA LEYENDA QUE PROVOCÓ LA DESAPARICIÓN DE UN PATRIMONIO HISTÓRICO INCALCULABLE.
EN EL SIGLO XIX, LO MÁS CHIC ENTRE LOS MÁS EMPINGOROTADOS DE LA GRAN BRETAÑA ERA ORGANIZAR EN SUS MANSIONES UN CURIOSO ESPECTÁCULO A LA SOBREMESA, LA HORA DEL TÉ O TRAS LA CENA: MOSTRAR A SUS AMISTADES SU ÚLTIMA Y DISPENDIOSA ADQUISICIÓN, UNA MOMIA AUTÉNTICA, RECIÉN TRAÍDA POR ENCARGO, Y OFRECERLES LA OPORTUNIDAD DE OBSERVAR DE CERCA CÓMO EL ANFITRIÓN PROCEDÍA A RETIRAR SUS VENDAS CONCIENZUDAMENTE, ECHÁNDOLE VALOR, PUES YA SE IBA CONOCIENDO LA FAMA DE VENGATIVOS DE ALGUNOS DE ESOS AÑEJOS EGIPCIOS.
Aquel delirio fue solo uno de los capítulos históricos de la fascinación que provocaron las momias. El primero de todos fue la obsesión por usarlas como medicina hasta para el alma. Todavía en el XIX se despachaban en cualquier farmacia que se preciase, junto a otros "animales enteros usuales" y demás ingredientes sorprendentes que repasa Miguel Ángel Ordóñez en en Culito de Rana: remedios mágicos en tiempos de enfermedad (Modus Operandi), de reciente publicación.
UNA MEDICINA PROCEDENTE DE LAS PIRÁMIDES
La mumia o momia era, originalmente, asfalto. Procedente del petróleo crudo, se encontraba en depósitos naturales, como el lago Asfaltites, más conocido hoy como mar Muerto. Dios
CUANDO ESCASEARON LAS RESERVAS DE
ESTA ASPIRINA A ALGUIEN SE LE OCURRIÓ QUE SE PODÍA EXTRAER DE LOS CADÁVERES EMBALSAMADOS EN LAS PIRÁMIDES EGIPCIAS.
córides, Plinio el Viejo, Celso o Galeno recomendaban esa medicina con la que ahora asfaltamos nuestras calles como la gran maravilla para cualquier dolencia. Se ingería o se aspiraba como si fuera tabaco rapé.
Cuando escasearon las reservas de esta aspirina a alguien se le ocurrió que se podía extraer de los cadáveres embalsamados en las pirámides egipcias. Los saqueadores, al ver en los sarcófagos gotas y trozos de lo que aparentaba ser asfalto, dieron por hecho, erróneamente, que aquellos cuerpos se embadurnaban con él. Eso sería lo que los conservaba tan bien. Convencieron a boticarios y médicos de que esa sustancia mezclada con los propios jugos orgánicos del cuerpo humano incrementaba su poder terapéutico.
Es en ese punto cuando la momia se convierte en sinónimo de cadáver embalsamado.
Al principio, cada parte enferma del cuerpo tenía como remedio la administración de la misma parte de la momia, aplicando el viejo principio de similia similibus curantur (lo semejante cura lo semejante). Pronto, surgieron los vanguardistas que consideraron aquello una antigualla, trituraron el cadáver entero, lo mezclaron con lo que más a mano tuvieran, como vino, agua o cualquier planta, y esa pócima servía para cualquier lugar del cuerpo del paciente. Si faltaban reclamos, se añadió uno bastante goloso: aumentaba estruendosamente la potencia sexual.
AL PRINCIPIO, CADA PARTE ENFERMA DEL CUERPO TENÍA COMO REMEDIO LA ADMINISTRACIÓN DE LA MISMA PARTE DE LA MOMIA, APLICANDO EL VIEJO PRINCIPIO DE "SIMILIA SIMILIBUS CURANTUR".