DINASTÍA TUTMÓSIDA
A PARTIR DE MEDIADOS DEL SIGLO XV A. ., Y A LA MUERTE DE TUTMOSIS III, EL “NAPOLEÓN EGIPCIO”, SUCEDIERON AL TRONO SU HIJO, SU NIETO Y SU BIZNIETO: AMENHOTEP II (AMENOFIS II), TUTMOSIS IV Y AMENHOTEP III (AMENOFIS III), RESPECTIVAMENTE. DURANTE ESTE PERÍODO SE PRODUJO UN VIRAJE EN LA POLÍTICA BELICISTA CONTRA EL REINO DE MITANNI (ENEMIGO AL QUE EGIPTO HABÍA VENCIDO EN MEGIDO).
DESPUÉS DE LAS ÚLTIMAS BATALLAS DURANTE EL REINADO DE AMENHOTEP II, EGIPTO Y MITANNI INICIARON UNA POLÍTICA DE ACERCAMIENTO, TAL VEZ PARA EVITAR UN PERMANENTE DESGASTE DE SUS EJÉRCITOS O BIEN COMO ESTRATEGIA PARA ENFRENTARSE UN ENEMIGO COMÚN QUE ACABABA DE APARECER EN ESCENA, PROCEDENTE DE ANATOLIA (EN LA ACTUAL TURQUÍA): LOS HITITAS.
DESPUÉS AMENHOTEP II (CUYA CORONA SE PROLONGÓ CASI TREINTA AÑOS), TUTMOSIS IV (CUYO NOMBRE JEROGLÍFICO DEBIÓ SER MENJEPERURA) MANTUVO ESTA POLÍTICA DE ALIANZAS INICIADA POR SU PADRE, POR LO QUE LA DÉCADA DE SU REINADO PUEDE CONSIDERARSE COMO UN PERÍODO PACÍFICO. EN LO RELIGIOSO, PARECE QUE TUTMOSIS IV COMENZÓ A ABONAR EL TERRENO AL FUTURO FARAÓN AKENATÓN –CONOCIDO POR SU HEREJÍA MONOTEÍSTA–, AL DISTANCIARSE DEL
DIOS AMÓN PARA LEGITIMAR SU TRONO EN EL DIOS-SOL, QUE ENTONCES ERA IDENTIFICADO CON LA ESFINGE DE GUIZA.
A DIFERENCIA DE SUS ANTECESORES –CONSIDERADOS FARAONES DE MENOR IMPORTANCIA– EL REINADO DE AMENHOTEP III, CONOCIDO COMO EL MAGNÍFICO, QUE SE PROLONGARÁ ALGO MÁS DE TRES DÉCADAS, COINCIDE CON EL PERÍODO DE MÁXIMO ESPLENDOR DE LA DINASTÍA XVIII, TRADUCIÉNDOSE EN LA CONSTRUCCIÓN DE NUMEROSOS MONUMENTOS.