COSUCIA: EL PRIMER AMOR
ANTIGUA ROMA
ERA TAN CONOCIDA LA VIDA LIBERTINA DEL QUE SERÍA EL HOMBRE MÁS PODEROSO DE ROMA, QUE LAS LEGIONES DE LA ÉPOCA, ENTONABAN EN CÁNTICO LOS SIGUIENTES VERSOS: “GUARDAD CIUDADANOS A VUESTRAS MUJERES: AL CALVO LIBERTINO TRAEMOS. FORNICASTE EN LA GALIA HASTA PULIRTE EL ORO QUE TE HABÍAN PRESTADO EN ROMA”. Fue Julio César (10044 a.C.) un hombre que extendió sus conquistas más allá del campo de batalla para seducir a cuantas mujeres se pusieran en su camino, sin importar que estas estaban casadas o no, ni con quién. Aunque en su dilatado affaire sentimental, que sus esposas debieron tolerar con resignación, también se mencionan varias relaciones homosexuales. Pero empecemos esta historia desde el principio, conociendo a la que fue el primer amor de adolescente del hombre que sería Roma…
Es la primera mujer que aparece en la vida de Julio César, cuando este todavía era infans maior (infante mayor), es decir, no había cumplido los catorce años y no podía vestir la toga viril de color blanco que, en la sociedad romana, marcaba el inicio de la adolescencia (en las niñas la edad era de doce años), convirtiéndole en ciudadano de pleno derecho. Así pues, cuando César inició la relación con Cosucia, este todavía vestía la toga praetexta (blanca con borde púrpura) que llevaban los niños, así como los magistrados y los ciudadanos en ocasiones especiales. Los historiadores no se ponen de
JULIO CÉSAR EXTENDIÓ SUS CONQUISTAS MÁS ALLÁ DEL CAMPO DE BATALLA PARA SEDUCIR A CUANTAS MUJERES SE PUSIERAN EN SU CAMINO, SIN IMPORTAR SI ESTAS ESTABAN CASADAS O NO.
acuerdo de si Cosucia no fue más que una prometida de César o si realmente pudo haber sido su primera esposa oficial. Aunque no la menciona, Plutarco (46/50-120) en sus Vidas paralelas (¿principios del siglo II?) parece contabilizarla como un primer matrimonio, ya que presenta a Pompeya como la tercera esposa de César, cuando oficialmente fue la segunda.
Lo poco que sabemos de Cosucia nos lo refiere Suetonio (70-¿126?) en su Vidas de los doce Césares (¿121?), hoy considerado una fuente clásica pero que debió ser en su época una especie de compilatorio de anécdotas más propias de la prensa rosa. Es por ello por lo que todo lo que leamos en esta obra debe ser tomado con cierta precaución histórica. Es Suetonio quien nos cuenta que Cosucia era de familia équites o ecuestre, lo que debe interpretarse que, sin pertenecer a la clase social de los patricios (patres patricii) –que podía remontar su gens o genealogía a alguna de las treinta curias (léase familias o tribus) fundadoras de la Antigua Roma–, debió alcanzar un alto status social. Cosucia pertenecía, por tanto, al grupo social de los plebeyos, aunque, como advierte el mismo Suetonio, su familia “era extremadamente acaudalada”. En contraste, Julio César –que por aquel entonces había perdido a su padre Cayo Julio César (140-85 a.C.)– sí pertenecía a la clase social de los patricios, al remontar sus orígenes a la gens Julia.
Debió ser hacia los dieciséis años cuando César se separó de Cosu