Prueba
Subaru Impreza 1.6i
Único compacto que combina un motor bóxer con tracción total y un cambio automático CVT.
La quinta generación del Impreza se desveló en marzo de 2016 en el marco del Salón de Nueva York, pero no ha sido hasta abril de 2018 cuando ha arrancado su comercialización en nuestro país y con una gama muy limitada; con una sola opción mecánica y dos acabados. La respuesta a ello la encontramos en su hermano mellizo XV, que no es más que la versión crossover del Impreza, en la que los responsables de la marca japonesa en España han centrado todos sus esfuerzos durante la fase de lanzamiento e inicio de comercialización.
Como el XV, recurre a la moderna plataforma modular SGP, que gracias a una rigidez muy superior ofrece un gran comportamiento dinámico sin recurrir a una amortiguación excesivamente firme. No en vano alcanza un gran compromiso en este apartado. Aporta confort y una calidad de bacheo muy superior a la de la anterior generación mientras contiene con eficacia los balanceos en curva. La dirección —electromecánica— se siente suficientemente rápida y precisa, mientras transmite un buen nivel de información, aunque a algunos no les convenza en su punto central a alta velocidad. Los frenos aportan buen tacto a su pedal y se encuentran en la media entre sus rivales por distancias de detención, si bien no sobresalen por resistencia.
Su tracción total Symmetrical AWD aporta una excelente
motricidad, a la que también ayuda tanto la plana respuesta de su mecánica como el excesivo resbalamiento y lenta reacción de su cambio automático de variador continuo. Éste es realmente el punto más débil de un coche bien ejecutado y equipado, que representa una soberbia relación precio/ producto. Y eso que el motor es muy agradable, suave y con una buena capacidad de estirada, pero tanto al volante como sobre las frías cifras que marca el instrumental de medición de nuestro Centro Técnico se siente lento. Tanto en aceleración como en recuperación es el que más segundos necesita para cubrir los distintos ejercicios, aunque muchos de sus rivales no puedan combinar al tiempo la tracción total y el cambio automático. Además, sin por ello ser de los que menos consume.