Completo arsenal
La seguridad es vital y es algo que empieza en la precisa respuesta de su bastidor, un baluarte clave en cuanto a protección activa; y que acaba con las zonas de deformación de la carrocería o con el completo equipo de airbags que forman un escudo de protección pasiva. Y como lo mejor es que estos dispositivos no lleguen a actuar, el Škoda Octavia cuenta con el respaldo de un sinfín de sistemas electrónicos de ayuda a la conducción: frenado autónomo de emergencia en ciudad, detector de vehículos en el ángulo muerto del retrovisor, aviso ante abandono involuntario del carril, de tráfico cruzado al maniobrar marcha atrás, lector de señales, detector de fatiga, control de crucero adaptativo, cambio automático entre luz larga/cruce…