Ford Focus 1.0 EcoBoost
Por precio, por el producto en sí, y lo mejor de todo, por su magnífica relación entre lo uno y lo otro, al nuevo Focus no le faltan argumentos para convertirse en uno de los modelos de referencia de la categoría.
Nos subimos a uno de los compactos más avanzados y tecnológicos de los que existen en este momento.
Nueva plataforma, motores mejorados, más equipamiento, gama más amplia y variada... No pinta nada mal esta cuarta generación, ahora también más grande, eficiente, con mejor comportamiento, un abundante equipamiento de seguridad y, como siempre, con precios muy competitivos. Se trata de un desarrollo desde cero estrenando plataforma que, además de infinidad de parabienes en rigidez y ligereza, también aporta otros beneficios en practicidad, como mejor acceso, una plaza central trasera más aprovechable por altura del túnel de transmisión y una anchura en estas plazas nada menos que 6 centímetros mayor. Globalmente, es uno de los compactos más habitables, aunque por contra, la capacidad de maletero está claramente por debajo de la media.
Más Focus que nunca
Y si en ninguna de sus tres generaciones ha faltado sal y pimienta en su puesta a punto, esta cuarta no es la excepción. El Focus se siente mucho más coche desde los primeros metros, especialmente por su elevada calidad de rodadura y magnífico
ambiente interior, algo presente incluso en las versiones ST-Line con las que también hemos podido rodar, con amortiguación ligeramente más firme y carrocería 10 mm más baja que el Titanium probado. Es cierto que entre ambos advertirás diferencias en rigidez de suspensión y amplitud de movimientos de la carrocería, pero no lo es menos que el más deportivo de los dos ofrece un confort y calidad de bacheo extraordinario y el más «aburguesado» Titanium también te garantiza una prestación dinámica de primera linea. Ambos tienen un tren delantero de extraordinaria precisión y guiado a través de una dirección, por cierto, muy rápida, además de que la mayor proyección sobre el suelo que ahora tiene el Focus aporta ese aplomo de gran coche, más que de coche grande, porque la agilidad de reacciones sigue estando en la carta de presentación de este nuevo chasis, que también suma unos frenos extraordinarios y ayudas electrónicas a la conducción francamente bien afinadas.
Buen rendimiento
El 1.0 Ecoboost de gasolina se puede considerar un motor prácticamente nuevo, al menos de culata para arriba. Cómo no, también esconde ese ingenio de Ford para que lo imposible pueda ser posible, porque este 1.0 ahora puede desconectar uno de sus tres cilindros a baja carga —el más cercano a la distribución—. Es un motor
que manifiesta una alegría inusual en este tipo de motores desde muy bajas vueltas, y que empuja con la consistencia de un motor mayor hasta bien superado el medio régimen. El agrado de uso es sensacional por su rápida respuesta y capacidad para recuperarse muy bien desde marchas largas. Consigue no solo un nivel prestacional claramente mejor que su predecesor, sino también una superior eficiencia energética, destacando en este aspecto dentro de su categoría. Sin lugar a dudas, estamos ante otro Focus con madera de líder.