Coche Actual

La octava generación del Porsche 911

La octava generación del Porsche 911 estrena la denominaci­ón interna 992. Se presenta más rápido y tecnológic­amente avanzado, con un evoluciona­do sistema de suspensión, motores más eficientes y potentes y toda una batalla de dispositiv­os electrónic­os.

- DANIEL CUADRADO dcuadrado@mpib.es

Más rápida y tecnológic­a, con un evoluciona­do sistema de suspensión y motores más eficientes y potentes.

En marzo de 2019 llega a los concesiona­rios la generación 992 del Porsche 911, la octava desde que Ferry Porsche diseñara aquel primer 901. Es un coche completame­nte nuevo, si bien comparte estructura con el anterior, han cambiado los materiales, la forma de unirlos y de fabricarlo. En Porsche aseguran que con el nuevo método de fabricació­n han logrado bajar la emisiones contaminan­tes en su factoría de Zuffenhaus­en.

A los habituales atributos deportivos, es 5 segundos más rápido que de unir piezas. Modifica los apoyos de la suspensión delantera y trasera tanto en ubicación como en dureza y desplaza los apoyos del motor 168 mm hacia delante y 113 mm hacia los lados.

el 991 en Nurburgrin­g, fruto de todas las mejoras realizadas en dinámica y motor, suma más sistemas de ayuda a la conducción, como controles de crucero activos, sistemas de detección de peatones y ciclistas, asistente de visión nocturna y una batalla de elementos que mejoran la conectivid­ad entre el conductor y el mundo a través del móvil e internet. Hay faros de led más potentes, con hasta 600 metros de alcance y también incorpora un modo de conducción denominado «Wet»; en los pasos de rueda hay un sensor que detecta que está el suelo mojado y recomienda al conductor activarlo. Si se hace, automática­mente se pasa más par al tren delantero, se desconecta el bloqueo del diferencia­l trasero, aumenta la carga aerodinámi­ca y los cambios se realizan con mayor suavidad. Todo esto acompañado de un nuevo diseño interior que evoca a los 911 de primeras generacion­es.

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El cuadro tiene cinco relojes, cuatro de ellos configurab­les y digitales, más el enorme tacómetro con aguja física. Ahora todos los botones están en el salpicader­o y sólo quedan unos pocos delante del selector del cambio, que es un mando electrónic­o de reducido tamaño.
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