La evolución de sus 10.000 km
El Renault Captur E-Tech está aproximándose ya al paso del Ecuador de esta prueba maratón. Previamente, al alcanzar los 10.000 km repetimos la toma de mediciones dinámicas para comprobar su evolución pasada la etapa inicial. Es lo que en otros tiempos se denominaba rodaje de un coche, ese ajuste necesario en el que todos los componentes iban ajustándose y reduciendo rozamientos hasta funcionar de manera óptima, y que en la actualidad requiere un uso mucho menos minucioso que antaño.
En este caso, se ha registrado una mejoría que podríamos definir como previsible. Hemos percibido una ligera reducción del consumo de combustible en los recorridos urbanos (de
3,8 a 3,6 l/100 km) que compensa la mínima subida en el gasto en carretera (de 6,5 pasa a 6,6 l/100 km) —tan leves ambas que pueden ser explicadas por la variabilidad en la climatología— para dar un consumo medio idéntico cuando los realizamos en modo híbrido. También han mejorado alguna décima de segundo, en línea con lo esperado —nada exagerado—, sus cifras de aceleración (de 10,08 a 9,89 s en el 0-100 km/h) y recuperación (de 6 a 5,8 s en el 80-120 km/h) , demostrando la buena evolución del Captur E-Tech y cómo una propuesta híbrida puede suponer un punto de equilibrio entre prestaciones y economía, siempre con una más que agradable entrega de par.
Requiere explicación, en cambio, la imponente mejora en los datos de frenada (pasa de unos mediocres 79 m frenando desde 140 km/h a unos muy buenos 70,97 m), que pone de manifiesto hasta qué punto la meteorología condiciona la seguridad. No es que el Captur haya recibido unas pastillas de competición o unos neumáticos de alta adherencia. Mantiene los GoodYear Efficient Grip, pero la mejora en las condiciones atmosféricas en la segunda medición han marcado unas diferencias abrumadoras comparadas con el frío, lluvia y viento de la primera toma —que hubimos de publicar dada la urgencia en llevar al kiosco aquella primera prueba a fondo del Captur E-Tech—.