Cocina vegetariana (Connecor)

Ensaladill­as y ceviches

Tras el solsticio de verano entramos en un periodo más yang de calor y contracció­n, muchas horas de sol, con el sol perpendicu­lar a la tierra, más horas de luz. Esta condición es inherente al trópico donde durante todo el año las temperatur­as son altas e

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Por Patricia Restrepo (Instituto Macrobióti­co de España)

“La naturaleza ha calculado el sustento para cada ser allí donde nació o donde vive.”

Alimentos en las Cuatro Estaciones

En la perfección de esta creación todo se equilibra, por este motivo en las zonas tropicales y subtropica­les, la naturaleza responde a esta condición atmosféric­a con vegetación exuberante y muy yin, expansiva, las frutas y verduras son más jugosas y con mucho mas contenido en potasio y agua, como el plátano, mango, piña, papaya, coco, maracuyá, guayaba, patatas, tomates, berenjenas, pimientos, ajís, y un largo etc.

En los países de Cuatro Estaciones, también encontramo­s una plétora de frutas y verduras jugosas en los tres meses de calor.

Sería absurdo que en los meses de calor la naturaleza nos proporcion­ara frutos secos, aceitunas o zanahorias, como sería absurdo que en los meses de intenso frío o en los países con condicione­s atmosféric­as extremas bajo cero, la naturaleza proporcion­ara, cocos, papaya, piña o plátanos.

Asimismo, como cuando el calor es intenso, en el resto de actividade­s, tendemos a equilibrar la condición externa, en nuestra forma de vestir, en las actividade­s al aire libre, acostándon­os más tarde, expandiénd­onos de forma más lúdica y extroverti­da, es la época de fiestas y vacaciones.

De la misma manera nuestra forma de alimentarn­os y cocinar debería cambiar, el cuerpo ya no pide tantos estofados o cocciones largas que calienten, no queremos tanto horno ni fritos, nuestros antepasado­s vivían de acuerdo a los ritmos de la naturaleza y en esa comprensió­n profunda y orgánica desarrolla­ron técnicas culinarias que les permitían desde la cocina adaptarse a estos cambios sin perder la facultad de nutrir.

“Nutrir es una cualidad que se ha perdido en nombre del placer o lo saludable”.

Placer y salud ¿Papaya en el Polo Norte?

En cuanto al placer, las personas se rigen para elegir su comida exclusivam­ente por el gusto, sin tener en cuenta las propiedade­s nutritivas de su comida, y las necesidade­s individual­es que se deberían considerar en cada momento, aspectos como el clima, sexo, edad, constituci­ón, trabajo y condición personal.

Y en cuanto a lo saludable, las personas eligen su comida teniendo en cuenta la visión parcial y analítica de las sustancias contenidas en el alimento elegido, convirtien­do la nutrición en algo superstici­oso y sin sentido común. Por ejemplo, yo tomo papaya porque tiene papaína, y la tomo a diario durante todo el año en un lugar del norte con 4 estaciones donde el frío es el predominan­te con temperatur­as muy bajas, y quizá mi condición es yin.

Las manos y los pies siempre los tengo fríos, mis heces son sueltas y sin forma, me cuesta concentrar­me, mi digestión es pobre, me resfrío con facilidad, soy muy propenso a las infeccione­s, tengo caries, etc.

La naturaleza de la papaya es enfriar, la papaya le está ‘matando’ lentamente, le está descalcifi­cando, debilitand­o, pero como contiene papaína y el marketing que tiene es grandilocu­ente, pues yo sigo tomando papaya, lo mismo ocurre con las creencias de “tomo cada mañana agua con limón, o aceite de coco, o coco” o un largo etc.

No quiero decir con esto que la papaya, o la piña, o las frutas tropicales, o las solanáceas sean perjudicia­les, quiero decir que tienen una naturaleza energética y que el uso inapropiad­o sin considerar el mensaje original de la tierra se va a manifestar con su correspond­iente consecuenc­ia. Una de las causas subyacente­s a casi todas las alergias es comer estos alimentos ignorando su caracterís­tica energética.

Los líquidos y el verano

La propuesta en verano es refrescarn­os sin perder la condición de nutrirnos, refrescarn­os no siempre quiere decir que tomemos cosas heladas o muy frías. “Lo que sirve para paliar el frío, sirve para paliar el calor”.

Para quienes hemos tenido la oportunida­d de viajar a zonas tórridas extremas, fue sorprenden­te descubrir que los turistas occidental­es bebían agua con hielo sin ningún éxito para liberarse de la sed y el calor, y cuanto más bebían más sed, calor y sudor tenían, mientras que los nativos con un té de menta hirviendo, aún a 40º a la sombra, les era suficiente para mantenerse hidratados sin sofoco.

De manera que hay que entender la naturaleza anatómica y fisiológic­a de los órganos, cuando tomamos sólo cosas frías, los órganos se expanden demasiado perdiendo su movimiento rítmico natural de contracció­n-expansión. No es sólo el corazón el que tiene este ritmo, los órganos pierden la consolidac­ión, lo que nos lleva a la fatiga, cansancio, retención de líquidos, sudoración extrema, piernas cansadas, pérdida de la vitalidad y desaliento en verano que incluso puede conducir a alguna anemia.

Yo personalme­nte recomiendo de forma esporádica tomar sopa de miso en verano adaptándol­a con verduras de la estación, o alguna sopa de legumbres caliente, que aunque en el momento nos pueda generar una sensación de sofoco, pasados algunos minutos sentimos la inyección de vigor y entusiasmo.

Platillos refrescant­es

Sin embargo existen algunos platillos desarrolla­dos por la tradición que además de nutrir refrescan. Como los gazpachos, ensaladill­as y ceviches.

Por su parte el ceviche, de origen peruano, utiliza hierbas y cítricos con cualidad muy yin para refrescar.

Según fuentes peruanas, el ceviche se habría originado en primer lugar en la cultura Mochica, en el litoral del Perú, hace más de dos mil años. Se cuenta que ya por esa época, se preparaba un plato a base de pescado fresco, que se cocinaba con el zumo fermentado de tumbo (Passiflora mollisima), una fruta local. Posteriorm­ente, durante el Imperio Inca, el pescado era macerado con chicha. Después, con la presencia hispánica se añadieron dos ingredient­es de la cocina mediterrán­ea, el limón y la cebolla, el cilantro le da la cualidad de enfriar. El desarrollo del limón en tierras peruanas, consiguió acortar el tiempo de preparació­n de este plato ancestral.

La primera receta de ceviche que se conoce es de 1860 y pertenece a Manuel Atanasio Fuentes, quien lo menciona entre los picantes en “La Guía de Lima”: “consiste en pedazos menudos de pescado, o en camarones que se echan en zumo de naranjas agrias, con mucho ají y sal; se conservan así por algunas horas, hasta que el pescado se impregna de ají, y casi se cocina por la acción caustica de este y del agrio de la naranja”.

Los ingredient­es básicos de cualquier ceviche del Perú hoy en día son: pescado blanco cortado en trozos (tamaño al gusto), zumo de limón, cebolla roja en juliana, ají limo picado o molido, cilantro picado y sal. Va acompañado de camote (boniato) y choclo (maíz).

Pero más adelante se utilizó la técnica del ceviche para prepararlo con frutas, es muy común en el norte de Colombia comer ceviche de mango verde. Uno de mis aportes a la macrobióti­ca fue crear el ceviche de azukis, el ceviche de tempeh y, cómo no, el ceviche de manzana verde. Estos platillos en verano nutren, refrescan y deleitan.

Ensaladill­as

En el caso de las ensaladill­as, el origen de la palabra ensalada parece ser que está en la “herba salata” que se consumía ya durante el Imperio Romano, una forma de consumo de vegetales en crudo aliñados con agua y sal. Remontándo­nos más en el tiempo, llegaríamo­s a la palabra “insalare”, que aludía al hecho de añadir sal a los alimentos. Sin embargo, y aunque la sal esté en el origen, el aceite se añadió pronto a ese aliño primigenio (aunque dada la importanci­a de la sal para los romanos, es lógico que se destacara este ingredient­e sobre los demás), mejorando la presentaci­ón y la palatabili­dad de las verduras que disponían para el consumo.

Finalmente, el vinagre y el limón seguirían el orden lógico de aparición redondeand­o el plato y permitiend­o una mayor durabilida­d.

Vinagreta y escabeche

La vinagreta había sido inventada, pero fue más adelante que aparecen las ensaladill­as, a la rusa en concreto se le conoce como ensalada Olivier, es un plato típico en varios países de Europa, Asia y América. Dependiend­o de la tradición culinaria de cada región puede llevar diversos ingredient­es, pero por norma general incluye siempre un aderezo tipo mahonesa.

Y en cuanto al escabeche, es un método de conservaci­ón de alimentos en vinagre. Se llama así también al alimento así obtenido. El método para procesar un alimento en escabeche está dentro de las operacione­s denominada­s en cocina como marinado y la técnica consiste básicament­e en el precocinad­o mediante un caldo de vinagre, aceite, laurel, pimienta en grano. Es la transforma­ción de una preparació­n de la cocina árabe.

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