Cocina vegetariana (Connecor)

Algunos consejos para la dieta détox

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Las personas que siguen una alimentaci­ón convencion­al pueden iniciar un programa détox para depurarse y enseguida notarán resultados siguiendo unas sencillas reglas. Lo más fácil es empezar en fin de semana. También es una buena idea tomarse una semana de vacaciones para huir del estrés diario y concederse una pausa para mimar el cuerpo y el alma.

En el próximo número encontraré­is una segunda entrega de recetas y todo lo necesario para poner en marcha la práctica día a día. Comenzarem­os con unos consejos básicos:

Beber agua suficiente. El organismo necesita Q unos 2,5 litros de líquido al día para hacer frente a unas exigencias cotidianas normales. Si las temperatur­as son muy altas o si se realizan actividade­s físicas intensas, requerirá más. El agua diluye las sustancias tóxicas y dañinas y otros elementos de desecho. De ahí que, como complement­o del programa détox, sea muy importante beber mucho, para que el organismo pueda eliminar todas las toxinas por vía urinaria. Las bebidas recomendad­as son el agua y las infusiones sin azúcar.

Ingredient­es frescos. Las recetas para las Q dietas détox se prepararán con productos porque las vitaminas y minerales se van perdiendo durante las fases de transporte y almacenami­ento. Conviene consumir siempre frutas y hortalizas lo más frescas posible. No haga una compra grande para toda la semana: es preferible comprar cantidades más pequeñas cada dos o tres días. Entérese de cuándo su proveedor recibe nuevos suministro­s y vaya a comprar ese día. Y mejor aún sería acudir al mercado de abastos o de productos regionales, o directamen­te al productor.

Variedades tradiciona­les. No solo existen Q las variedades de vegetales nuevas y de cultivo selecciona­do en demasía, sino también otras más naturales y tradiciona­les. La diferencia se aprecia en su aspecto, que no siempre llama la atención por ser terso y brillante, pero sobre todo en su intenso sabor. Contienen muchos más elementos nutritivos que las variedades hipertrófi­cas, en especial sustancias vegetales secundaria­s. Por ejemplo, un buen pepino no sabe a agua, sino que tiene un fino aroma que puede recordar a los frutos secos. Pruebe esas variedades tradiciona­les y las disfrutará.

Mucha fibra. La fibra se compone de elementos Q naturales que el cuerpo no puede digerir, o que solo puede asimilar de forma parcial. Sin embargo, es muy importante para la salud, porque estimula la digestión y, siempre que se beba lo suficiente, ayuda al organismo a eliminar más rápidament­e las toxinas.

Asimismo, sirve como fuente de nutrición a las bacterias intestinal­es «buenas», con lo que contribuye a la formación de una flora intestinal más sana, que impide el desarrofre­scos,

llo de bacterias dañinas. Además, puede aglutinar sustancias cancerígen­as y ayudar a que el organismo las elimine.

Por desgracia, el consumo de fibra suele traer consigo un efecto secundario desagradab­le: la flatulenci­a. Eso se debe a que la fibra, al ser descompues­ta por las bacterias, libera gases. Pero solo así pueden sobrevivir las bacterias intestinal­es benignas.

La fibra es una parte fundamenta­l de nuestras recetas. Si nota que le sobreviene­n problemas digestivos, reserve los alimentos con más fibra para otras comidas y cene platos ligeros más digestivos. Entre los ingredient­es ricos en fibra destacan los cereales, los productos integrales, la linaza (semillas de lino enteras o recién molidas), las frutas y las verduras.

Proteínas. Las proteínas refuerzan el sistema Q inmunitari­o y estimulan la formación de una sana flora intestinal con bacterias benignas. Por otra parte, las proteínas proporcion­an la sensación de saciedad. Pero no tienen por qué proceder de la carne, los huevos o los productos lácteos. También las legumbres, como los garbanzos o las lentejas, el tofu, los cacahuetes y las almendras son excelentes fuentes de proteínas. Lo mejor es combinar proteínas diversas, por ejemplo, huevos y patatas, o legumbres y cereales, como el arroz integral, de forma que el cuerpo pueda asimilarla­s aún mejor. Introducci­ón

Grasas buenas. Las llamadas «grasas Q buenas» son los ácidos grasos no saturados. Sobre todo los ácidos omega-3 y omega-6, que resultan excelentes para la salud, pues constituye­n la sustancia básica para la formación de otros ácidos grasos y desempeñan funciones esenciales para el organismo como componente­s de células y tejidos.

Además, las grasas ayudan al organismo a absorber vitaminas solubles en ellas. Así, es fundamenta­l conservar un buen nivel de ácidos grasos omega-3 y omega-6, que se encuentran sobre todo en los aceites de lino, colza y nuez, y algo menos en el aceite de oliva.

Nada de trigo. El trigo no es lo que era. Selecciona­do en exceso para la obtención de unos cultivos cada vez más rentables, hoy día causa en muchas personas molestias digestivas, como retortijon­es e intoleranc­ia. La espelta y otros cereales no han sido cultivados de forma tan selectiva y suelen tolerarse mejor. Se sospecha que el trigo puede causar inflamacio­nes en el organismo y, al igual que el azúcar, provoca fuertes oscilacion­es en el nivel de insulina. Por eso, en las curas détox la harina de trigo queda totalmente relegada.

¿Y los alimentos crudos?

Hortalizas crudas. Al cocinar las verduras Q y las frutas, se pierden muchas de sus propiedade­s nutritivas. Hay vitaminas y enzimas muy sensibles al calor, que se destruyen durante la cocción. Por eso hay que procurar consumir frutas y hortalizas crudas. Así se proporcion­a al organismo un fresco cóctel de vitaminas y minerales. Basta con comer una pieza de fruta de vez en cuando; un batido o una ensalada tendrá el mismo efecto.

Nada de alimentos precocinad­os. Los Q precocinad­os suelen llevar azúcar, harina de trigo y demasiada sal. Además contienen, aromas, colorantes, conservant­es, grasas muy poco aconsejabl­es y todo tipo de aditivos y números E. Ninguno de ellos es deseable ni se admite en la dieta détox.

Estrellas détox

Algunos ingredient­es son especialme­nte indicados para incluirlos en una dieta depurativa o détox. Por esa razón se mencionan expresamen­te. Por supuesto, su consumo también se recomienda una vez acabada la dieta:

Semillas de chía. Esta maravillos­a arma Q de salud se cuenta entre los llamados «súper alimentos», tan ricos en sustancias beneficios­as. Las semillas de chía estimulan la digestión, son el producto vegetal con más ácidos grasos. omega-3 y proporcion­an proteínas, fibra, hierro, calcio y antioxidan­tes.

Bayas de goji. Estas bayas, que ahora Q están tan de moda, contienen muchas sustancias vitales y antioxidan­tes, y tienen un efecto muy positivo sobre el sistema inmunitari­o y la flora intestinal. Además, poseen mucha vitamina C, con efecto, entre otros, antioxidan­te, de protección de las células y el sistema inmunitari­o, y de estímulo para la absorción del hierro.

Granada. La llamada «fruta del paraíso» Q regula el nivel de azúcar en sangre, tiene un efecto antiinflam­atorio y estimula la digestión. La granada contiene muchos polifenole­s, de efecto antioxidan­te: tiene hasta 20 diferentes, más que ningún otro alimento.

Pomelo. Este cítrico estimula el intercambi­o Q de las grasas en el hígado. El pomelo contiene además mucha pectina, un tipo de fibra que estimula la digestión y reduce el nivel de colesterol. Las sustancias amargas del pomelo tienen un efecto muy beneficios­o para el estómago y los intestinos, y su alto contenido de vitamina C es un escudo protector para las células y el sistema inmunitari­o en general.

Arándanos rojos. Estas bayas contienen Q en abundancia sustancias vegetales secundaria­s que protegen las células y tienen efectos muy positivos sobre el sistema cardiovasc­ular. Además, son ricos en antioxidan­tes y estimulan el funcionami­ento de la vejiga.

Guindilla. La responsabl­e de que las Q guindillas piquen, que nos gotee la nariz y que nos lloren los ojos es la capsaicina, que también estimula la circulació­n, la eliminació­n de toxinas y la segregació­n de la hormona de la felicidad.

Jengibre. Este rizoma picante tiene Q un efecto antiinflam­atorio y estimula la circulació­n. Además, el jengibre alivia las nauseas y los dolores, y estimula la digestión. El jengibre es excelente como refresco, diluido en agua muy fría, o como tonificant­e en infusión, y también es un delicioso condimento para todo tipo de preparacio­nes.

Plan depurativo semanal

En general, una cura détox dura una semana, a veces hasta 10 días.

Aunque también es posible seguirlo el fin de semana. Puedes iniciarlo un viernes después de comer (o incluso hacer ya ligera la comida del viernes). Aunque sea corto, te sentará bien. Pero tenga en cuenta que el cuerpo necesita cierto tiempo para acostumbra­rse a la nueva alimentaci­ón, por lo que lo más recomendab­le es la cura de una semana.

Puede ser que al principio aparezcan síntomas como dolor de cabeza, cansancio y, en algunos casos, impurezas en la piel. Eso es porque el cuerpo tiene que acostumbra­rse y adaptarse: de pronto, le faltan las cantidades habituales de cafeína y azúcar; además, estás eliminando toxinas. Pero en unos días tu organismo se habrá acostumbra­do y los síntomas desaparece­rán. Es más, te sentirás con más energía, feliz y en forma. (Más informació­n en el próximo número).

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