La remolacha
La remolacha es uno de los mejores alimentos para mimar y cuidar nuestro organismo. Al tiempo que nos ayuda a mantener una buena salud, podemos disfrutar del dulce sabor de este delicioso alimento.
La remolacha, o beta vulgaris, es originaria de Italia, de raíz profunda, grande y carnosa, de la familia de las amarantáceas. La especie que se cultiva procede de la llamada Beta Marítima Linn, conocida popularmente como «acelga marina» o «acelga bravía», autóctona de las zonas marítimas del norte de África. Su cultivo se remonta a dos siglos antes de nuestra era, y su desarrollo daría lugar a dos hortalizas diferentes: la remolacha, de raíz engrosada y carnosa, y la acelga, de follaje abundante. A lo largo de los años, el cultivo de la remolacha de mesa ha ido creciendo y mejorando. En la actualidad, su consumo está muy difundido entre todos los países de clima templado, en especial, en Europa: Francia e Italia son los dos principales países productores. El interés de la remolacha está en su extraordinario poder como endulzante natural.
Fuente de vitaminas, minerales y antioxidantes
Los hidratos de carbono y el agua son los componentes más importantes de la remolacha, por eso se puede consumir como ingrediente en dietas de control de peso, teniendo en cuenta las cantidades y condimentos en cada ración. Además, y gracias a su contenido en fibra, proporciona sensación de saciedad, lo que limita el consumo de otros alimentos mucho más calóricos. Entre sus vitaminas destacan los folatos, que intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, y en el fortalecimiento de anticuerpos en el sistema inmunitario. Por eso también nos ayuda en las defensas, sobre todo si la comemos cruda. También contiene cantidades significativas de vitaminas A y B (B3, sobre todo), y es rica en minerales, en especial yodo, sodio y potasio.
La remolacha es también rica en antioxidantes: contiene antocianina y betanina, que son los pigmentos encargados de conceder su color característico, y aportan una protección antioxidante que previene, incluso, la aparición o el crecimiento de tumores cancerígenos.
Variedades y características
Las amarantáceas es una enorme familia botánica con más de 1.400 tipos de plantas, entre ellas, las espinacas y las acelgas. Existen diversas variedades de remolacha, como la remolacha blanca, destinada a la producción de azúcar y a la alimentación animal, y la remolacha roja, que es la que nos interesa más y se suele consumir como hortaliza fresca. Se distinguen tres tipos de remolacha roja: esférica, larga e intermedia. Su tamaño varia de 5 a 10 cm., suele pesar entre 80 y 200 gramos y, a pesar de su nombre, presenta una amplia gama de colores: desde rosa claro a violáceo, anaranjado rojizo o, incluso, marrón. Para comer y beber La raíz de la remolacha roja se come cruda (rallada o en rodajitas en ensaladas) o bien cocida (sin pelarlas, para que no pierdan parte de su color, su sabor y sus virtudes), como guarnición en carnes y sopas. Si se prefiere también puede hacerse asada; para ello sólo hay que introducirlas en el horno y dejarlas todo el tiempo que haga falta hasta que estén tiernas. Cocinadas así, lograremos que mantengan casi todas sus propiedades. Otra opción es conservarlas y para ello podemos ayudarnos empleando vinagre o azúcar, que se añadirá una vez cocidas.
¿Sabías que?...
A partir de la remolacha se extrae el pigmento natural que le confiere su color rojo característico y que se emplea en la industria alimentaria para la obtención de un colorante denominado «rojo de remolacha». Este colorante se utiliza para dar color a algunos productos como sopas, licores, helados, etc. En Alfambra (Teruel), se encuentra el único museo dedicado a la remolacha que existe en el mundo.
NUESTRAS RECOMENDACIONES
ZUMO DE REMOLACHA, MANZANA Y ZANAHORIA Para 1 vaso grande. Tiempo empleado: 10 minutos más tiempo de limpieza de la licuadora. INGREDIENTES: • 75 G DE REMOLACHA. • 2 MANZANAS MEDIANAS. • 4 ZANAHORIAS MEDIANAS.
1. Se limpian bien los ingredientes, sin pelar las hortalizas. De las manzanas podemos pelar cabeza y pie y dejar el resto de piel, bien limpia y sin etiquetas adhesivas. Según sea la licuadora, cortaremos a trozos más pequeños.
2. Se sirve en un vaso. Removemos antes de beber, siempre lentamente y a sorbitos.
Opcional: añadir una rodajita de jengibre fresco por vaso.
Variante: sustituir la mitad de las zanahorias por unos 50 g de apio.
Nota: si podéis conseguir remolachas enteras de cultivo ecológico con el troncho y las hojas, vale la pena licuar también los tronchos (sin las hojas). CREMA FRÍA DE REMOLACHA Para 2-3 personas. Tiempo empleado: 45 minutos. INGREDIENTES: • 2 CEBOLLAS. • 5 ZANAHORIAS. • ½ REMOLACHA COCIDA. • 1 PIMIENTO ROJO (TODO CORTADO FINO). • 2 DIENTES DE AJO PICADOS. • ½ CUCHARADITA DE ORÉGANO SECO. • 2 CUCHARADAS DE ACEITE DE OLIVA. • SAL MARINA. • 2 CUCHARADAS DE VINAGRE DE UMEBOSHI (EN DIETÉTICAS). • 3 CUCHARADAS DE JUGO CONCENTRADO DE MANZANA. PARA LA GUARNICIÓN: • PEPINO CORTADO A CUADRITOS. • ALBAHACA FRESCA.
1. Sofreír las cebollas y el ajo con el aceite y una pizca de sal durante 10-12 minutos. Añadir las zanahorias y el pimiento, 2 tazas de agua y el orégano. Tapar y cocer durante 20 minutos.
2. Añadir la remolacha y elaborar un puré con batidora de brazo tipo pímer. Agregar el vinagre y el jugo de manzana. Dejar enfriar y servir con las guarniciones.