Casa en la costa
Espacio con vistas
La casa se levanta en la Costa Brava enclavada en un bello paraje entre las montañas que envuelven el acceso y las vistas a la bahía que prolongan la belleza del jardín. Una vivienda proyectada para disfrutar de las vistas, incluso desde la cocina, en cuyo interior se ha cuidado la armonía de los espacios con mimo y coherencia visual.
Se conjugan las líneas esenciales de la arquitectura racionalista con el paisaje armonioso
Esta práctica y bella cocina se integra en un espacio alargado y luminoso, que se extiende lateralmente a una gran terraza accesible desde la cocina misma. La unidad de la cocina, el comedor y la sala le otorgan a este espacio una calidad integradora y humana.
La sensación de amplitud se acentúa por la ausencia de elementos superfluos y porque el espacio compartido se extiende desde la zona de trabajo hasta el plano de relax ocupado por los sofás.
La casa, situada en la cima de una pequeña colina cerca de Sa Tuna, en la localidad ampurdanesa de Begur, disfruta de una vista panorámica espectacular con la máxima privacidad. La inmediatez de la Costa Brava no es ajena a este maravilloso emplazamiento que brinda unas vistas inigualables desde la casa, sea cual sea el ángulo.
Una obra nueva, voluminosa y clara ubicada sobre la bahía, con una resolución muy sencilla: los volúmenes de esta casa bien construida y adaptada al paisaje se equilibran generando un todo armónico y centrado. Los arquitectos han sabido conjugar las líneas esenciales de la arquitectura racionalista con el paisaje armonioso del Mediterráneo. Los volúmenes
La planta baja, en contacto directo con el jardín, alberga el salón, el comedor y la cocina
Los suelos de microcemento gris armonizan perfectamente con el blanco de las paredes
La práctica y bella cocina se integra en un espacio alargado,
con vidrio y luminoso
blancos se suceden con discreción en la fachada anterior y se convierten en dos planos de diferente planta en la posterior, donde se halla el jardín.
La vivienda se enclava en una parcela con cierta pendiente que ha facilitado la decisión de acondicionar las terrazas en cada planta y permitir que las vistas se introduzcan a través de grandes cristaleras montadas con perfilería de aluminio. El programa de distribución es tan eficiente como contrastado en este tipo de construcciones. La planta baja, en contacto directo con el jardín, alberga el salón, el comedor y la cocina, que se suceden en espacios abiertos. Una escalera de madera permite acceder a la planta superior donde se encuentran los dormitorios de la casa, todos con un agradable y bien iluminado baño.
Las paredes de toda la vivienda son blancas y en algunas zonas se han ocultado las instalaciones bajando el techo unos decímetros. Los suelos son de microcemento de color gris claro que armonizan perfectamente con el blanco de las paredes y las vistas que entran por los ventanales.