Editorial
Existen muchas formas de estrenar cocina y no todas pasan por tirarlo todo abajo y plantear un presupuesto de renovación total. Los pequeños detalles son tan importantes que, en muchas ocasiones, puede ser suficiente con cuidar el color, las lámparas, taburetes, complementos o muebles auxiliares, para que el aspecto de la cocina de un vuelco total. El proceso puede implicar tal vez sustituir los pesados muebles altos por estanterías o colgadores que le dan un aspecto más etéreo a la cocina, o sustituir una ventana de carpintería envejecida por un cerramiento de aluminio capaz de aprovechar mejor la luz. También puede ser pintarla de arriba a abajo con una pared de pizarra. O reubicar la lavadora y la secadora en otra pieza para ganar espacio suficiente al office. Sustituir la encimera y el fregadero con sus correspondientes griferías. Aprovechar un cambio de electrodomésticos para escoger una serie panelada en acero... Existen mil y un recursos que permiten estrenar cocina sin necesidad de realizar un desembolso exagerado, tan solo aplicando el sentido común, el consejo de un experto instalador y un poco de personalidad al proyecto. Lo importante es considerar la cocina como una pieza más de la casa y no como un laboratorio técnico donde sólo puede intervenir el ingeniero para su renovación.