Madera y pizarra
La caja de relax
Este cuarto de baño, que no cuenta más allá de quince metros cuadrados, ha sido diseñado con un gusto exquisito, así como una distribución muy ajustada que le permite disfrutar de todas las comodidades, de cierta intimidad compartida y de elementos tan interesantes como una columna de ducha con hidromasaje y un doble lavabo. Una cueva fantástica para compartir.
Las entradas de luz natural permiten trabajar con revestimientos oscuros
Lo primero que llama la atención en el diseño de este baño es la elección de la piedra oscura para revestir las paredes. Sin duda una opción de suma elegancia que, al tratarse de losas de pizarra, le confiere un carácter telúrico, auténtico, muy atractivo. Este tipo de revestimiento, no obstante, presenta el inconveniente de reflejar pobremente la luz ambiente, pero en este caso el problema está subsanado por la magnífica entrada de luz natural de que goza el baño en la pared izquierda, además del inesperado lucernario superior. Con esta ventaja de partida, la elección de madera para el suelo y pizarra en las paredes, junto con detalles como el mosaico cerámico de la ducha, se muestra muy acertada y consigue dotar al espacio de una acusada personalidad.
Como una cueva natural excavada en la roca, el baño se abre mostrando las cicatrices naturales de la piedra y desplegando sus encantos naturales para un mayor goce del agua, elemento que manda allí.
El lavabo se ha resuelto con un mueble de madera diseñado por el autor de la reforma, con unos contenedores bajos lacados en blanco, sobre la que descansan sendos lavabos de porcelana blanca. Todo ello ajustado al centímetro en el espacio que resta entre la pared de la ventana y la cabina
El proyecto muestra lo que se puede conseguir con una acertada
combinación de materiales
El baño se abre mostrando las cicatrices naturales de la piedra
ducha, donde se ha instalado una magnífica columna con muchas funciones de higiene y relax. La pizarra se prolonga más allá de las mamparas de cristal transparente e incluso en el pequeño cuartito del inodoro, donde la mampara se torna traslúcida para asegurar una cierta intimidad. El pavimento del baño es de madera natural, lo que se ha aprovechado para revestir la bañera y dar cierta continuidad al conjunto. Una materia que casa admirablemente con las losas de piedra.
La iluminación artificial se ha resuelto mediante el encastre de pequeños focos en el techo lo que permite un baño de luz general durante las horas de la noche.
En conjunto, el cuarto de baño constituye un magnífico ejemplo de lo que se puede conseguir con una acertada combinación de materiales, así como de los equipos disponibles en el mercado, sin necesidad de caer en la instalación de una colección completa de mobiliario o sanitarios. La coherencia del espacio está asegurada por la calidad e intensidad de los revestimientos que facilitan la armonía del resto de elementos. Se aprovecha la intensa entrada de luz natural lateral y cenital para convertir un espacio neutro en una atmósfera muy particular donde el agua adquiere un marco especialmente sugestivo.