Tendencias
Espacio multifuncional, eco-friendly, unisex y conectado a redes sociales. Un informe realizado por el Instituto Silestone pone de manifiesto los nuevos roles de la cocina en el siglo XXI. La cocina deja de ser básicamente un espacio femenino y adquiere un fuerte compromiso con la salud de las personas.
Según este informe del Instituto Silestone, el 40% de los usuarios convierten la cocina en un lugar de reunión con los invitados o para trabajar; el 78% ya separa correctamente la basura, reutiliza más que antes y reduce el consumo de agua y energía; y un 50% ha cambiado su dieta y ha incorporado criterios de salud en la compra y el cocinado.
La cocina deja de ser básicamente un espacio femenino –el 30% de los hombres cocina habitualmente en casa– y pasa a ser un territorio con gran presencia de las redes sociales a las que se consultan sobre gastronomía, alimentación y consignas medioambientales.
EL CORAZÓN DEL HOGAR
Desde su posición central en el hogar, la cocina está revolucionando el resto de las estancias comunes de la vivienda y la forma de consumir de sus habitantes. Es punto de encuentro familiar en las comidas –un 43% de los casos–, centro de con
trol nutricional y de salud –el 62% cuida más de su alimentación, el 31 % recurre menos a los alimentos precocinados y un 50% ha cambiado su dieta para incorporar criterios de salud en la compra y el cocinado–, área de gratificación y aprendizaje personal al cocinar; espacio donde trabajar o recibir a invitados –un 40%– y plataforma para proteger el medio ambiente –el 78% separa correctamente la basura, reutiliza más que antes y reduce el consumo de energía y agua–. Éstas son algunas de las conclusiones del informe “Global Kitchen: la cocina, el corazón del hogar”, realizado por el Instituto Silestone, que estudia cómo se materializan en el diseño y uso de esta estancia, los cambios sociales y los nuevos modos de vida del siglo XXI. Para el estudio se ha contado con la opinión de veintitrés expertos internacionales y los resultados de encuestas realizadas a ciudadanos en nueve países. ¿Seguimos en la cocina? Esta frase forma parte de la cotidianidad de cada vez más hogares, lo que demuestra su posición de
centralidad en todas las culturas y que tiene sus consecuencias en su uso y diseño. Para ello se considera por encima de todo su funcionalidad: acoger de manera segura y práctica la labor del cocinado. Los puntos de calor y las salidas de humos se invisibilizan y se incorporan tecnologías que garanticen la higiene, la resistencia al calor o la durabilidad, junto a otras actividades que le ceden el resto de las estancias, como ver la tele o consultar las tablets.
LA OPINIÓN DE LOS CONSUMIDORES
La encuesta realizada a consumidores complementa el informe Global Kitchen con su valoración sobre cómo utilizan la cocina y los hábitos de vida que desarrollan en este espacio, en conexión con las necesidades que buscan resolver a la hora de diseñarla. De este modo la cocina:
1. Recupera la posición central en el hogar como espacio multifuncional.
Un 43% de los usuarios realizan las principales comidas del día en la cocina mientras el 29% se reúne con invitados, el 11% trabaja y el 17% lleva a cabo otras tareas en ella. En el caso de España, la cocina sigue siendo el sitio para comer: el desayuno en un 61% y la comida con el 33,26 %.
2. Deja de ser un espacio básicamente femenino.
El 63% de las mujeres cocinan habitualmente frente al 29,9% de los hombres y el 6,7% en el caso de otros miembros de la familia o externos como los empleados del hogar. Llama la
atención que, en nuestro país, en un 67% de los casos, es la mujer la que se ocupa de hacerlo, un porcentaje ligeramente superior a lo que sucede en los países anglosajones.
3. Se concibe como espacio para el cuidado de la salud y el bienestar.
Un 48,9% han cambiado los hábitos alimentarios en los últimos años; el 62% cuida más de su alimentación desde que utilizan las RRSS para consultar información y el 31,1% cocina adecuadamente consumiendo menos alimentos precocinados. Con respecto a nuestra situación, cabe señalar que un 40,74% dice comer menos alimentos procesados, una cifra que se sitúa por encima de la media de otros países.
4. Su uso está condicionado a todos los niveles por la conciencia medioambiental.
El 35% separa correctamente la basura que genera; el 21,6% utiliza menos plástico; el 16% reutiliza más que hace unos años; 26,9% reduce el consumo de agua y energía; el 52,2% utiliza sus propias bolsas y procura comprar productos sin envase; el 20,3% diversifica el lugar de compra para asegurar la procedencia y la calidad; el 14,5% da más importancia a la compra a granel y el 13% compra mayoritariamente en Internet. En cuanto a lo que sucede aquí, un 18% consume menos plástico, una cifra inferior a la de otros países, y el 35,9 % separa correctamente los residuos, un porcentaje ligeramente superior al de otros países.
5. Territorio dominado por las redes sociales por delante de la domótica y los dispositivos inteligentes.
El 54% utiliza las RRSS como inspiración para renovar o redecorar su cocina; el 51,8% para informarse sobre recetas, nuevas dietas, alimentos y restaurantes, el 13,8% recurre a ellas para informarse sobre cómo reciclar, reutilizar y reducir residuos; el 62% cuida más de su alimentación desde que consulta la información de esta manera y el 54,7% emplea el móvil para interactuar con los aparatos (electrodomésticos, luces, TV…). En lo que respecta a España, el 61,7 % no interactúa con ninguno de estos aparatos lo que la coloca al mismo nivel que Escandinavia o Reino Unido. En cuanto a las preferencias de diseño del espacio de la cocina: de los encuestados, el 63% buscan la funcionalidad mientras el 15% tienen como motivación el ahorro, el 12% la calidad de los materiales y el 10% se decantan por el diseño y la estética.
LA OPINIÓN DE LOS EXPERTOS
La cocina deja de ser, aunque lentamente, un espacio únicamente femenino. Así, la mujer sigue siendo la figura encargada de la preparación y organización de las comidas –duplicando el porcentaje masculino– si bien se observa un progresivo cambio fruto del reparto de las tareas domésticas. Sin embargo, el reparto equilibrado sigue siendo una asignatura pendiente en las culturas mediterráneas en comparación con los países anglosajones.
El binomio alimentación-salud, plenamente interiorizado, tiene también su reflejo en la cocina. La preocupación por un estilo de vida más saludable, tanto a nivel físico como mental, se constata en el interés por conocer tanto la procedencia como las propie
dades nutricionales de los alimentos. A ello se añade la disminución en el consumo de alimentos procesados y precocinados. La conciencia medioambiental condiciona el uso de la cocina a todos los niveles. Se traduce, por un lado, en la progresiva transformación en los hábitos de compra y otros comportamientos: cada vez tienen menos cabida las bolsas y envases de plástico, ganan importancia el suministro a granel y los productos de temporada y proximidad. Y por el otro, la cocina se convierte en el espacio en el que se profundiza en la conservación y reutilización de alimentos para evitar su desperdicio. En la cocina del siglo XXI las redes sociales cobran protagonismo, incluso por delante de la domótica y dispositivos inteligentes. Y se convierten en motivo para pasar más tiempo en ella, explorando nuevos platos o recetas, convirtiéndose también en fuente de información sobre cambios en la dieta o descubrimiento de nuevos restaurantes, mediante blogs, Twitter, Facebook, Instagram o tutoriales de YouTube. Un proceso en el que los grandes chefs han adoptado un papel prescriptor –han relevado incluso a la mujer a la hora de transmitir la tradición gastronómica que antes se hacía de abuelas a madres e hijas- compartiendo su sabiduría gastronómica sin restricciones a través de dichas redes, programas televisivos, libros, blogs…..Además las RRSS tienen otro papel fundamental como es ser una de las principales herramientas para la transformación de los hábitos de consumo en base a criterios de eficiencia energética, sostenibilidad o reciclaje. El Instituto Silestone es una plataforma internacional, impulsada por el Grupo Cosentino, para investigar y difundir conocimiento en torno al espacio de la cocina, tanto doméstica como profesional.