Un espacio barroco
Suite de autor con mosaicos
El diseñador Marcel Wanders ha desplegado sus habituales recursos estéticos para dar vida a un interiorismo contemporáneo con toques barrocos para una residencia mallorquina, en la que se ubica esta espléndida suite. Aquí el lujo se pone al servicio de la vida diaria, creando un palacio moderno que invita a ser vivido.
El aire barroco actualizado da como resultado espacios llenos de sofisticación
Ubicada muy cerca de la ciudad de Palma de Mallorca, en una exclusiva comunidad llamada Son Vida, la vivienda es poesía en estado puro. Marcel Wanders ha dejado libre su creatividad para concebir un espacio en el que su estilo queda patente en cada forma, estampado y detalle. Se trata de una construcción sostenible, cuyo interior se caracteriza por un juego de relieves y contrastes entre las superficies, en el que las diferentes dimensiones y todos los aspectos confluyen para crear una atmósfera única y exclusiva. Una vivienda de ochocientos metros cuadrados de superficie en la que se redefine la arquitectura de lujo y su tipificación con el tradicional estilo mediterráneo, dando origen a un lugar de ensueño, al edén mallorquín de Wanders.
En la espectacular suite principal el diseñador ha optado por el color blanco para paredes, para complementos como un vistoso cactus, para la cama con cabezal en capitoné y para una llamativa columna situada en el centro de la estancia, que actúa también como candelabro gracias a sus estudiados huecos. Esta estancia es un área diáfana en la que el baño forma parte del espacio abierto. Por ese motivo la bañera exenta de formas redondeadas se sitúa en uno de los extremos del dormitorio, donde se ha configurado una zona de tocador, formada por piezas de aire barroco que recuperan la ostentación y elegancia de antaño.
La suite es un espacio diáfano con baño abierto y zona de lavamanos
Las caras estampadas en un revestimiento son muestras de la libertad creativa
En una de las paredes laterales, la zona de lavamanos se diferencia del resto gracias a un vivaz revestimiento en colores llamativos y estampados florales. Allí se sitúan dos lavamanos y dos espejos, además de una brillante columna revestida con mosaico en tono dorado, que actúa como separación entre esta zona y un sofá situado a la entrada de la suite. Al llegar la noche, la estancia queda sumida en una tenue luz procedente de los marcos, de la parte superior de la columna dorada y de la araña de luces que ilumina el sofá. Sobre la bañera, una delicada luminaria formada por diversos brillantes en suspensión contribuye a la creación de un ambiente mágico, que invita a la relajación y la ensoñación.
Durante el día todo el espacio cuenta con luz natural, un hecho que potencia la pureza del blanco predominante en paredes y pavimento. En el baño se han utilizado revestimientos de mosaicos en tonalidades vivas que lo distingue del dormitorio. El conjunto sigue la línea barroca pero contemporánea con la que el creador holandés ha querido vestir este reino particular.