Editorial
El aspecto lujoso y sofisticado de los interiores es una tendencia en alza que cobra sentido después de un periodo en que la casa ha demostrado ser el refugio ideal. Parece que esta tendencia también ha llegado a la cocina. Podríamos hablar de programas como el de la imagen que utilizan el mármol y el color negro para expresar exclusividad. Pero también de campanas extractoras de última generación que parecen esculturas, de acabados frontales en maderas nobles, de pavimentos y revestimientos cerámicos con inesperados reflejos metálicos y de electrodomésticos vestidos de gala para armonizar en espacios donde las sensaciones son la prioridad.
La lista es larga y se ramifica en complementos, textiles, lámparas y un sinfín de pequeños detalles que pueden llegar a convertir a la cocina en una reservada y lujosa suite de cinco estrellas. Los elementos están ahí y empiezan a encontrar su ubicación idónea. Puede parecer una tendencia pasajera destinada a cumplir el ciclo y desaparecer, pero lo cierto es que las cocinas invaden con todo derecho el espacio de los salones e incorporan comedor e incluso audio y video a su ámbito. No tiene nada de extraño que estéticamente busquen convertirse en un reflejo de la sensibilidad espléndida y sofisticada que gusta en estos momentos.