ABC - Codigo Unico

EL CREADOR

Zegna.

- Por BEATRIZ TÁRREGA

El año 1968 fue decisivo. Y no solo en París, con su famoso mayo del 68. También lo fue para la moda. Al norte de Italia, en la región del Piamonte, Aldo y Angelo, los hijos de Ermenegild­o Zegna, fallecido dos años antes, iniciaban su propia revolución. Y con un claro objetivo: crear prendas masculinas radicalmen­te distintas, precisas pero intenciona­damente flexibles y abiertas a cambios, para ofrecer al hombre una nueva moda que reflejase su personalid­ad.

Con unos tejidos de calidad que ya en 1930 fueron reconocido­s en Nueva York como los mejores del mundo, el vasto conocimien­to de la alta sastrería que atesoraba la familia y un sólido soporte industrial, los hermanos Aldo y Angelo Zegna se adentraron en el ready to wear con una visión diferente. Su idea era hacer llegar la alta sastrería al gran público sin perder calidad; elaborar prendas a gran escala pero con el mimo exquisito de siempre en su fábrica del Piamonte, que rodearon de servicios (restaurant­es, biblioteca­s, ambulatori­os, gimnasios, cines, teatros) para sus empleados. «Para crear belleza hay que estar rodeado de belleza», explica Anna Zegna.

En esos años, los hermanos Iaz y Daz, como se les conocía en la empresa, acuñaron términos que hoy son familiares dentro del mundo de la moda: top, total look, corner, testimonia­l, influencer…

Top, por ejemplo, son las fibras nobles (lana, mohair, cashmere) que salen de su lanificio desde 1910. Y Top fue también el nombre de la revista semestral de moda masculina que el grupo empezó a editar en 1967 y que, además de servir como catálogo de sus coleccione­s, era el reflejo de las tendencias de la época. Dirigida por Franco Grignani, en ella colaboraba­n

TÉRMINOS DE MODA TAN ACTUALES COMO ‘TOTAL LOOK’ O ‘INFLUENCER’ LOS ACUÑÓ ZEGNA HACE YA 50 AÑOS

algunos de los estilistas más importante­s del momento, como Anna Piaggi, Cristina Brigidini y Anna Riva, que pronto atrajeron la atención de fotógrafos como Oliviero Toscani, Gian Paolo Barbieri o Giuseppe Pino.

Al mismo tiempo, aunque tímidament­e al principio, Zegna aborda la fabricació­n industrial de las prendas buscando refinar la sensación de vestirse bien, y abordar la moda de manera directa y sin prejuicios.

El primer paso fue la creación, a modo de experiment­o, de una línea diseñada por Emilio Pucci para Zegna, que no solo quería mantener el control de los tejidos, sino in- tegrar la producción de ropa en su empresa. Así, en 1968, nace la primera línea de ropa de Zegna, Gritti, con la premisa de que el estilo nunca debía rebajar la calidad de los tejidos. Gritti sería la marca para chaquetas y abrigos. Luego vinieron Cantara y Panter, para pantalones; Condotti, para el punto; y Orsini, para producir los accesorios. Y en una década Zegna ya tenía una oferta total para hombre. Lo llamaron total look.

Para exponer y vender el ready to wear de Zegna en las tiendas multimarca, idearon los Gritti Corner, proyectos de mobiliario a base de módulos que respetaban la identidad de marca y ofrecían una imagen coordinada, ya fuera en Harrod’s (Londres), Yusty (Madrid) o en Giorgio’s (Beverly Hills). Otro invento de Zegna.

Y en 1969, el año en que el hombre llegó a la luna, Emilio Pucci –uno de los primeros

influencer de la historia– presenta en Roma el primer desfile para Zegna. Un punto más para la compañía. Luego vinieron el libro La psicología del

vestir, editado en 1970 por el departamen­to de marketing de Zegna, un tratado en el que intelectua­les como Gillo Dorfes o Umberto Eco hablan del cuerpo masculino como un instrument­o estético; el proyecto AR15 (en 1973), capaz de ofrecer en tan solo 15 días un traje a medida gracias al innovador método de medidas conocido como Il Metro Strut

turale; su primera participac­ión, en 1976, en la feria Uomo, presentand­o un desfile de moda en la sala blanca del Palazzo Pitti en Florencia; la apertura en 1991 de una tienda en Pekín, convirtién­dose en la primera marca de moda en ingresar en el mercado chino… Todo esa historia de superación e innovación se expone en la muestra Uo

mini all’italiana 1968, en la Casa Zegna de Trivero, que recorre con material inédito los años que supusieron el cambio y la consolidac­ión definitiva de Zegna de los productore­s textiles de alta calidad a prescripto­res del estilo italiano gracias a sus coleccione­s

ready to wear, que hoy se encuentran en las 504 tiendas Zegna que riegan un centenar de países de todo el mundo.

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