EL COLECCIONISTA
Marc Ladreit de Lacharrière.
Su fortuna personal alcanza, según Forbes, los 3.500 millones de dólares. Nacido en Niza (Francia) en 1940, Marc Ladreit de Lacharrière fue alumno de la prestigiosa École Nationale d’Administration, la escuela de negocios donde se forma la élite francesa. Aprovechó bien esa educación financiera: en 1991 fundó Fimalac, una de las firmas propietarias de Fitch Ratings, la tercera agencia de
rating más importante del mundo. Hoy posee el 20 por ciento del accionariado de la compañía. Además, el que es considerado uno de los hombres más ricos de Francia, pertenece al consejo de administración de un buen puñado de empresas, entre ellas, L’Orèal, Renault, Cassina o Canal Plus.
Pero, fuera de los negocios, su gran pasión son las artes. O, quizá, ha sabido mezclar muy bien pasión y negocio, ya que ha diversificado parte de sus inversiones y hoy gestiona un centenar de salas de espectáculos en Francia. También es un refinado coleccionista de arte. En 1965 empezó comprando piezas antiguas de Grecia y Egipto, para más tarde adquirir también obras de épocas posteriores, también moderno. No es un especialista en arte, como él mismo ha dicho, así que, a la hora de hacerse con una obra se guía por la emoción que le produce. «El arte es la mejor respuesta a la ignorancia», ha asegurado. Quizá para vencer la nueva irracionalidad que nos acecha en Europa, el año pasado donó al Museo de Quai-Branly –el etnográfico de París– una colección de 36 obras de arte de África y Oceanía valorada en 50 millones de euros.