EL DESPACHO
Lord Rothschild.
Su apellido es el de una de las mayores sagas financieras de la historia. Desde que a finales del siglo XVIII los Rothschild –una familia de origen judío alemán con ramas en Austria, Reino Unido, Francia e Italia– fundaran una serie de bancos privados y casas de cambio, el imperio familiar no ha hecho más que crecer hasta convertirse en una de las mayores fortunas del mundo. No se sabe con certeza a cuánto asciende su patrimonio, pero algunos hablan de varios miles de millones de dólares.
Nacido en 1936, Lord Nathaniel Charles Jacob Rothschild es el cuarto Barón Rothschild. Educado, primero, en el elitista colegio Eton, donde se prepara la aristocracia británica, y luego en Oxford, donde estudió Historia y tuvo como mentores al historiador Hugh Trevor-Roper y al filósofo Isaiah Berlin; al terminar la universidad se incorporó al imperio bancario familiar. Sin embargo, la cosa no salió bien. «No tenía una relación fácil con mi padre o mis primos en esa época, por eso decidí ir por mi cuenta, y lo hice razonablemente bien», ha dicho. Y tanto. RIT Capital Partners, su firma de inversiones, tiene unos activos de 2.000 millones de euros.
Lord Rothschild es, además, un filántropo del arte y la cultura. Ha sido consejero de la National Gallery y ha hecho grandes esfuerzos por proteger y preservar lugares históricos como Somerset House, en el Reino Unido; ruinas griegas y romanas en Albania o diversas instituciones israelíes, como la National Library, en Jerusalén. La colección de arte familiar es ingente y una buena parte se encuentra en Waddesdon Manor, una mansión a las afueras de Londres que está abierta al público. Incluso el propio despacho de Rothschild, lleno de obras de arte y antigüedades, parece un museo.