‘british style’
Empezó vendiendo ropa de segunda mano y ha acabado como uno de los máximos exponentes de la elegancia británica. Jeremy Hackett es la esencia del dandi sin artificios.
Su pasión por la moda llevó desde muy joven a Jeremy Hackett a rastrear pequeños tesoros de segunda mano en mercadillos y charity shops. A encontrar y reconocer colgadas en abarrotados percheros prendas clave del estilo británico, con buenos cortes y tejidos.
Presidente y fundador de la marca junto a Ashley Lloyd-Jennings, la historia de Jeremy Hackett comienza en Bristol, ciudad en la que nace y donde, gracias a las ocupaciones de sus padres, ambos relacionados con el sector textil, descubre entre patrones lo mucho que le gusta la moda. Siendo estudiante, los fines de semana trabaja en un sastrería en Bristol, y con 18 años decide irse a Londres, donde acabará trabajando durante cinco años con John Michael en Savile Row, la meca de la sastrería a medida. «Trabajando en Savile Row aprendí mucho sobre cortes y materiales y usé este conocimiento con buenos resultados», explica Hackett.
Su suerte comenzaría con un viaje de fin de semana a París, donde en un marche aux puces se topa con un vendedor de ropa inglesa de segunda mano, con quien acuerda llevar material de distintos mercadillos ingleses para poder vender allí. Jeremy solo busca primeras marcas inglesas. Con el tiempo decide vender él mismo sus adquisiciones en Londres y en 1983 abre su primera tienda de ropa de segunda mano en New Kings Road, en el barrio de Chelsea. El éxito fue arrollador y las existencias volaban. «Por eso decidí empezar a confeccionar la ropa sin tener siquiera un plan de negocio. Nuestros clientes eran chicos cuyos padres, con toda probabilidad, se hacían los trajes a medida en Saville Row pero ellos no podían permitírselo. Encontramos un hueco y supimos aprovecharlo. Desde entonces, el éxito ha sido apostar por un guardarropa simple, con buenos tejidos y buenos cortes. Siempre digo que hay que comprar lo mejor que puedas permitirte, porque como decía Oscar Wilde, nunca hay una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión».
De esto han pasado 35 años, pero el estilo que buscaba entonces permanece intacto. «A medida que la marca se hizo más grande y más internacional, adoptamos un estilo más europeo, como exigían nuestros clientes, pero siempre con un toque británico, de modo que la ropa se ha vuelto más liviana y más relajada, y ha demostrado ser muy exi- «Para mí, la simplicidad es la clave para ir bien vestido. El buen diseño nunca pasa de moda». Palabra de Jeremy Hackett.
tosa. Me gusta pensar que miramos la moda y tomamos de ella solo lo que consideramos apropiado. Mi primera pregunta siempre es: ‘¿Es Hackett?’».
Jeremy Hackett no se considera un diseñador. Y mucho menos un creador. «Más bien soy un estilista que sabe mezclar las piezas para obtener un resultado distinto», asegura sin un ápice de prepotencia. Es discreto, como todo buen caballero que se precie, inglés hasta la médula y gran amante de los animales, sobre todo de Harry y Muffin, sus perros de raza sussex spaniel a los que pasea de manera habitual por los parques de la capital británica, la ciudad que le ha encumbrado a lo más alto del british design. «La diferencia entre Inglaterra y cualquier otro país es que históricamente siempre hemos respetado y dado mucha importancia a los distintos códigos de vestimenta, y lo llevamos con mucho orgullo», explica.
En la actualidad la marca británica cuenta con varias divisiones: Hackett London, que agrupa las colecciones Classic Reinvented y Country per Suits; y Hackett Mayfair –sinónimo de estilo impecable y artesanía suprema, que solo emplea tejidos de máxima calidad de fábricas británicas– y una gama de servicios de sastrería que incluyen Personal Tailoring, Made to Measure y Bespoke.
En junio de 2005, Hackett fue comprado a Richmond por el grupo Pepe Jeans. Desde entonces, su expansión no ha cesado. Hackett London cuenta actualmente con 14 tiendas en el Reino Unido y 107 repartidas por todo el mundo. Además, se vende en prestigiosos minoristas y en grandes almacenes.
De Londres al mundo, pero sin perder la esencia british. ♦◆♦