Abrazo de divas
Aún no se conocían. Él ya había publicado varios discos emblemáticos –Ziggy Stardust,
Aladdin Sane, Diamond Dogs…– y había cambiado de aspecto un par de veces. Ella no necesitaba presentación: era Liz Taylor. Corría el año 1975, la actriz estaba a punto de rodar El pájaro azul y pensó que el músico podría tener una audición para un papel, así que le pidió a su amigo, el fotógrafo Terry O’Neill, que los presentara. Este arregló una cita en casa de George Cukor, director del filme, en Beverly Hills. Lo que ocurrió después forma parte de la leyenda: Bowie se presentó dos horas tarde, haciendo esperar a la mismísima Cleopatra que, iracunda, amenazaba con marcharse, pero consiguieron convencerla. Cuando el músico llegó, para romper el hielo, O’Neill se puso a hacerles fotos mientras compartían un cigarro. La sesión se ha convertido en icónica. Y resultó que la diva era él. ♦◆♦