Raúl Grijalba

En el despacho de Raúl Grijalba, en la planta 11 de la imponente Talent Tower, la torre que ManpowerGroup inauguró hace algo más de dos años en la zona norte de Madrid, llama la atención una cosa: no hay un solo papel. Ni siquiera una papelera donde tirarlos. «Fue una decisión que tomamos hace un par de años. Ni yo ni las casi 500 personas que trabajamos en este edificio usamos apenas papel. Las firmas de los contratos son digitales, en las reuniones utilizamos herramientas colaborativas…», cuenta este riojano cosecha del 69. Lleva en la compañía desde 1997 y actualmente, desde su cargo de Regional Managing Director de la Región Mediterránea supervisa el trabajo de 2.500 trabajadores –personas, subraya él– en Portugal, Grecia, Israel y España. Es, además, presidente de Human Age Institute, una

iniciativa que nace a instancias de Grijalba y que lleva ya cinco años trabajando en el ámbito del talento y la empleabilidad en nuestro país junto con más de 800 compañías, y que se está extendiendo a países como Estados Unidos o Italia. Su próximo paso es poner en marcha un consejo abierto de CEO para impulsar el futuro del empleo en nuestro país.

«Hoy es raro que una persona permanezca más de 20 años en una compañía –cuenta Grijalba echando la vista atrás–, pero cada año para mí es un reto distinto. Después de un tiempo fuera volví a casa. A La Rioja. Empecé con un equipo de 25 personas a mi cargo». Hoy son cien veces más, pero el objetivo ha sido siempre el mismo: «Poner al talento, a las personas, en el centro de la toma de decisiones. Ya sea de una compañía, una ciudad o un país. A las personas, no a la tecnología». Pero esa tecnología es, al mismo tiempo, la que le permite afirmar que su oficina está allá donde él se encuentre. «Desde mi casa en La Rioja, desde Lisboa o desde mi sede aquí en Madrid, yo puedo tener reuniones con mi equipo. Basta un móvil, un ordenador… y las personas. Yo no soy alguien que pase siete horas diseñando estrategias en su despacho. Lo importante son las personas que se encargan de ejecutar esa estrategia y es a ellas a quien quiero tener cerca –subraya–. Tengo los pies en la tierra».

Y los tiene en un sentido muy literal: como buen riojano es amante del buen vino y elabora sus propios caldos con garnacha procedente de sus viñedos en Cenicero. Lo ha bautizado como Las Quince. ♦◆♦