BOB MACKIE
Su mesa de trabajo es un batiburrillo de bocetos con ideas, proyectos a medio esbozar, recortes y botes con lápices de colores. Un aparente caos del que Bob Mackie, a sus 81 años, sabe extraer como nadie toda la belleza y el glamour que Hollywood necesita. Así lo lleva haciendo desde que era un veinteañero recién salido del cascarón y empezó a trabajar para los legendarios diseñadores de vestuario de Hollywood Edith Head y Jean Louis. Con ellos fraguó el histórico vestido con el que Marilyn Monroe cantó el celebérrimo Happy Birthday, Mr. President a John Fitzgerald Kennedy. Era un 19 de mayo de 1962, hace 58 años, y enfundada en un ceñidísimo traje color nude cubierto de lentejuelas, la rubia más rutilante de Hollywood se convirtió en la protagonista de una fiesta que no era la suya, sino la del 45º cumpleaños de JFK. Su actuación, sensual hasta lo tórrido, enfundada en ese vestido que marcaba cada una de sus curvas, aún sigue cautivando. Tanto como su vestido, que en 2016 se vendió en una subasta por 4,8 millones de dólares.
Ese fue solo el comienzo de la carrera de Mackie. Tras pasar por Las Vegas para diseñar el vestuario de Mitzi Gaynor, estrella en musicales como South Pacific o Les Girls, el diseñador acabó aterrizando en Los Ángeles. Judy Garland, Carol Burnett, Cher, Diana
Ross, Tina Turner, Liza Minnelli, Elton John,
MACKIE CONVIRTIÓ A CHER EN 1974 EN LA REINA DEL
‘NUDE DRESS’
Bette Midler… La lista de estrellas que recurrían a Mackie para vestirse en sus shows y en las alfombras rojas no hacía más que engordar. Su reputación crecía como la espuma, y su punto culminante lo alcanzó en 1974, cuando Cher se presentó en la gala del MET con un vestido trasparente diseñado por Mackie que la convirtió en la reina del nude dress. La pareja repitió la jugada en los Óscar de 1986 con el explosivo conjunto Mohawk negro con el que la actriz recogió su estatuilla por Hechizo de luna. Y en 2017, a sus 71 años, la diva eclipsó a todos en los Billboard Music Awards 2017 enfundada en otros dos diseños de Mackie: un ajustado mono de gasa negra combinado con una chaqueta de cuero y un vestido con flecos cubierto de cristales Swarovski.
«Ya no hay nada interesante. Vemos todo el rato las mismas cosas y ya no hay sorpresas», aseguraba hace un par de años el diseñador a Vogue con un deje de amargura al ver que cualquier influencer utiliza diseños que dejan poco a la imaginación, cuando él considera que esos vestidos deberían estar reservados para las auténticas estrellas.
Salvo una breve etapa que trabajó en Nueva York, los diseños de Mackie pocas veces han desfilado por las pasarelas, pero han tenido otros escaparates mejores: el cine, la televisión y los musicales. Su trabajo como diseñador de vestuario en estos 60 años de profesión le ha hecho ganar nueve premios Emmy, que reposan en dos estanterías en su despacho, y a estar nominado al Óscar en tres ocasiones. Pero el trabajo de Mackie también ha hecho una gran cantidad de contribuciones al teatro. Suyos fueron los diseños que lució Carol Burnett en la obra Moon over Buffalo, los de Carol Channing en el musical Lorelei y, cómo no, los del reciente musical de Broadway The Cher Show, donde su personaje es uno de los protagonistas del espectáculo.
A sus 81 años, y sin dejar de trabajar en lo que le apasiona, Mackie cree que el mundo de la moda podría aprender mucho de los diseñadores de vestuario como él: «El diseño de vestuario puede ser muy inspirador para la moda, y puede ser de gran ayuda, porque muestra cómo las mujeres y los hombres quieren verse».