ABC - Codigo Unico

KIM jones

EL DISEÑADOR DE LA NUEVA GENERACIÓN

- Por José Luis Díez-Garde Fotografía: Nikolai Von Bismarck

Pde ventas. Todo un reto que pasó con nota y que alternó con su propia línea de moda, una aventura de ocho temporadas que llegó a su fin cuando en 2007 la emblemátic­a compañía inglesa Dunhill, impactada por su meteórica carrera, le ofreció la dirección creativa de la marca. Cuatro años después fue el propio Marc Jacobs, en aquel momento director creativo de Louis Vuitton, quien lo recomendó para ponerse al frente de la línea masculina de la maison. En Louis Vuitton solo cosechó alabanzas al dotar de ADN propio a la firma y crear verdaderos éxitos de venta. Suya fue, además, una de las ideas más comentadas en los últimos años en el universo de la moda: la alianza con la firma urbana Supreme. Ahí se lo jugó todo, creando una de las colaboraci­ones más polémicas y contradict­orias que terminó siendo un éxito de ventas. ¿Mezclar el lujo extremo de Vuitton con una firma americana de streetwear? El mercado se rindió a sus pies.

Suya fue también la idea de renovar por completo la sastrería de la casa, creando unos diseños que hablaban el mismo lenguaje que la nueva generación millennial. Con ellos ha forjado una alianza que le acompaña hasta ahora. Y es que pocos diseñadore­s parecen comprender­la mejor. Quizá por el hecho de que pese a su edad, ronda ya los cuarenta años, en su grupo de amigos haya jóvenes de 18 años le ayude a entender qué es lo que realmente exigen.

Y aquí llegamos a otra de las palabras que Jones no pierde nunca de vista: el ‘cliente’. Porque por mucho que sea considerad­o uno de los hombres que marca la pauta en la moda masculina, lo cierto es que no renuncia al lado comercial de la moda. Esto se traduce rápidament­e en ventas, pero no solo eso. También en un público fiel que crece día tras día.

En 2018 dijo adiós a Louis Vuitton. Le sustituyó Virgil Abloh con la idea de seguir el camino que él había marcado con éxito. Tomó entonces las riendas de Dior Men y dos días antes de presentar su primer desfile, con todos los ojos de la moda puestos sobre él, no dudó en acudir al ese a la cantidad de éxitos que acumula en la moda, Kim Jones aún es un desconocid­o para muchos. «Hago mi trabajo porque me gusta, no porque quiera ser famoso –aseguraba el año pasado a The Guardian–. Creo que hay mucha gente que quiere ser conocida y no hace su labor tan bien como debería». Así de rotundose mostraba este diseñador británico, considerad­o por muchos como la máxima referencia de la moda masculina en este momento y que en 2020 ha pasado a compartir su tiempo al frente de Dior Men con la dirección creativa del universo femenino de Fendi: «Tener la posibilida­d de unirme a la casa Fendi y continuar con mi trabajo en Dior Men es un verdadero privilegio». Y el reto no es minúsculo, ya que se enfrenta a una casa a la que Karl Lagerfeld dotó de una identidad propia, así que le toca tener que sustituir al káiser. Eso sí, cuenta con el aval de Bernard Arnault, propietari­o del conglomera­do LVMH, en el que ambas firmas se integran: «Kim Jones es un gran talento y desde que se unió a la compañía ha probado de manera continuada su habilidad para saber adaptar los códigos y la herencia de las firmas de moda de LVMH, a la vez que las revestía de una gran modernidad y audacia. En Fendi, estoy convencido de que su visión y pasión contribuir­án de manera decisiva al éxito de las coleccione­s femeninas».

Pero Jones no ha llegado tan lejos por casualidad, sino después de tener una de las carreras más sólidas de su generación. Los primeros en fijarse en él fueron John Galliano y Alexander McQueen. El primero se hizo con la mitad de su colección de graduación en Central Saint Martins. Al segundo lo considera uno de sus mentores, un hombre que le ayudó a tener confianza en su trabajo y a quien le debe gran parte de lo que es hoy en día. Eso sí, fue gracias a las colaboraci­ones con firmas como Umbro, Mulberry o Hugo Boss cuando consiguió empezar a forjarse un nombre al que, además, le acompañaba el éxito

Maestro combinando el lujo con el ‘streetwear’, pocos entienden mejor que Kim Jones cómo tiene que ser la moda masculina del siglo XXI. Él es el responsabl­e

del nuevo brillo de Dior Men.

front row en el debut de Abloh en Vuitton, respaldand­o así el trabajo del diseñador americano.

En su primer show en Dior Men ninguno de sus incondicio­nales le fallaron. Allí estuvieron Naomi Campbell, David Beckham o Kate Moss, tres de sus amigos más cercanos, que solo tienen buenas palabras para este diseñador británico que parece sentirse cómodo vistiendo un anónimo uniforme negro: «Me gusta mi look, hace su trabajo –aseguraba al periódico británico–. Me paso el día pensando en ropa, así que no quiero tener que perder el tiempo en eso cuando me tengo que vestir. Llevo un uniforme para poder concentrar­me en lo que hago».

Eso sí, reconoce que su llegada a la casa francesa le ha supuesto mucha más exposición mediática. De hecho, confiesa que ya empieza a notar cómo la gente le reconoce y cómo cada vez son más los que le detienen por la calle. Esto se ve también en sus redes sociales: si hasta hace poco lo único que compartía eran fotos de su trabajo y de sus cuatro perros (Cookie, Dexter, Lulu y Gugu), ahora cada vez él es más protagonis­ta. Sorprende, eso sí, que la popularida­d le llegue ahora con su exclusiva agenda de íntimos amigos. Y es que entre los mencionado­s faltaría añadir a Kanye West, que cuentan sin apuros cómo se quedaba a dormir en su sofá cuando se quedaba unos días en Londres. Allí el rapero podría contemplar la generosa colección de libros y de ropa vintage que Jones tiene dividida entre su apartament­o de Londres y su piso de París. Entre ellos destacan, por ejemplo, algunos diseños de los años 70 de Vivienne Westwood influídos por el punk y el utilitaris­mo urbano.

Su equipo alaba de él su actitud decidida: siempre tiene las cosas claras y apuesta por ellas hasta el final. Tras su llegada a Dior Men decidió bucear en los archivos de la firma para asimilar el trabajo del gran creador francés. Para él, Dior es costura, y eso es lo que la gente espera encontrars­e en la maison francesa. Dior es elegancia y sastrería, pero sin renunciar a la modernidad. De hecho, en una entrevista con el portal Hypebeast, reconocía que le fascinó el pasado como galerista del fundador de la casa y quizás en este descubrimi­ento podamos encontrar el origen de las diversas colaboraci­ones que ha realizado con artistas como Raymond Pettibon o Amoako Boafo, así como el homenaje que ha realizado en la colección de este otoño-invierno al estilista Judy Blame. Aunque lo más comentado este verano ha vuelto a ser su colaboraci­ón con una firma deportiva como Nike, consiguien­do crear uno de los objetos de deseo de 2020, las Air Jordan 1 OG Dior. Demostraba así que nadie como Jones sabe entender al cliente del siglo XXI y que su voz sigue siendo la que marca la pauta, tal y como hizo el propio Christian Dior hace ya setenta años.

“HAGO MI TRABAJO PORQUE ME GUSTA, NO POR SER FAMOSO”

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“ME GUSTA MI ‘LOOK’. LLEVO UN UNIFORME PARA PODER CENTRARME EN LO QUE HAGO”
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