Un tripUlante aUtomatizado
Helen Muncie, psicóloga del Centro de Innovación de Thales en el Reino Unido, se enfrenta al problema de entender el funcionamiento del factor humano en cualquier sistema desde un punto de vista diferente y complementario. Su investigación se centra en comprender los mecanismos de la atención y el control cognitivo cuando las personas interactúan con sistemas autónomos. La idea consiste en desarrollar un tripulante automatizado que pueda supervisar el rendimiento operativo de los humanos, aprender hábitos y contribuir a la toma de decisiones en sistemas complejos. En parte consiste en utilizar los resultados de las lecturas de los sensores para poder predecir el estado mental de los operadores humanos en el momento. Pero también conlleva aprender de la heurística humana y reconocer situaciones en las que la auto- matización podría intervenir y −lo que quizás sea aún más importante− cuándo no hacerlo. “La tecnología de los sensores ya es revolucionaria en sí, pero nuestra visión es desarrollar un tripulante automatizado con inteligencia artificial que tome decisiones con el fin de que trabaje en un equipo. Si pensamos en nuestras películas favoritas de ciencia ficción, hay personas que interactúan con R2-D2 o C3PO, estos pequeños y serviciales androides que, aunque resultan verdaderamente útiles, no sustituyen a las personas. Básicamente hacen lo que se les da bien hacer a las máquinas”. La base de esto es simple: a las máquinas se les dan bien ciertas cosas y a las personas se les dan muy bien otras. Se trata de encontrar el equilibrio perfecto. Unas veces una persona necesita más control y otras menos. Ahora, los sistemas son estáticos y están diseñados con un grado específico de autonomía. “Queremos diseñarlos de modo que se adapten a las necesidades del operador”, afirma Muncie. “El ordenador puede obtener datos de múltiples fuentes, así que, si cogemos la información que proporcionan los sensores y la introducimos en el motor cognitivo −el cerebro, si lo prefieren− del tripulante automatizado, éste es capaz de suponer lo que le está pasando a la persona, predecir lo que puede pasar a continuación y tomar medidas”. Por el momento, esto implica en gran medida avisos similares a los de la tecnología de los coches: que suene una alarma si el vehículo percibe que el conductor se está quedando dormido. Lo que el coche hace es asumir el mando y conducir para no acabar chocando en la cuneta. El tripulante automatizado tendría que ser capaz de aprender de las personas con el tiempo, igual que un humano.