NICOLAS SALE
Se ha hecho cargo de la cocina del Ritz. A sus órdenes, más de trescientas personas, además de la célebre escuela de cocina Ritz Escoffier, creada por Auguste Escoffier hace más de un siglo y que hoy acoge a futuros chefs. “Soy parisino y siempre quise volver a mi ciudad. El Ritz es una gran oportunidad y un gran reto para mí”. Este discípulo de Pierre Gagnaire y admirador de Escoffier se convirtió en 2003 en jefe de cocina del hotel Hyatt Paris Madeleine. En 2006 decide trasladarse al sur de Francia y obtiene su primera estrella Michelin en Monte-Cristo. Después llega a Les Pêcheurs del Beach Hôtel de Cap d’Antibes, en la Costa Azul, y más tarde su consagración en Courchevel, colgándose estrellas en los restaurantes La Table du Kilimandjaro y Le Kintessence. “En Courchevel trabajaba cinco meses al año, la temporada, y ahora dirijo un equipo muy grande que cada día del año da respuesta a los deseos y necesidades gastronómicos de mucha gente”. Entro con él en las cocinas, su reino, donde todo funciona con precisión y ritmo. Nicolas ha decidido apostar fuerte, definiendo su estilo. En La Table de L’Espadon, el restaurante gastronómico, la oferta es sensorial, cultural, emocional. Muy sofisticada y muy personal a la vez. En Les Jardins de L’Espadon, almuerzos más décontractés, con precios que sorprenden. El Bar Vendôme, el brunch, los desayunos, los eventos completan este puzle culinario que no le hace perder la sonrisa. “Es lo que quería, es lo que tengo. Lo estoy disfrutando mucho”.
MOMENTOS INOLVIDABLES
Pastas a la hora del té en el salón Proust. Detalle de la suite Coco Chanel, con el famoso biombo chino. Roman y Colin, las copas más elegantes del mundo. Los grifos dorados. Bañera con vistas en uno de los apartamentos. Rincón del Hemingway.