Destino ilustrado

Isla Tilghman, Maryland.

Después de un par de horas en coche desde Washington D.C., en las que atravesamos cultivos de calabazas, maíz y el pintoresco pueblo pesquero de St. Michaels, llegamos al puente levadizo de Knapp’s Narrow, que conecta nuestro destino con el resto de Maryland. Nos espera Tilghman Island, un pequeño paraíso salado en la bahía de Chesapeake que debe su nombre a una familia homónima desde el siglo XVIII. El hotel Wylder recupera el sabor original de un bed & breakfast de 1898, cuando los pescadores recorrían los muelles con sus capturas y apilaban cangrejos sobre las mesas de pícnic. Acaba de abrir sus puertas y mantiene el espíritu de aquella antigua propiedad, Harrison’s Chesapeake House. Aquí nos sentimos como en casa. Una casa con exuberantes jardines, claro, y botes privados para ir a tirar la caña. Hay poco que hacer en la región de Eastern Shore, y eso es lo que nos enamora de este lugar donde el ritmo se ralentiza. Por el día, pescar o saborear sin prisa lo que otros han pescado. Por la tarde, un chapuzón en la piscina de agua salada y disfrutar de la puesta de sol. No vemos más allá de nuestra hamaca junto al mar y un libro...