Viaje al centro de la Tierra
UNA AVENTURA DESDE ECUADOR Y LAS PRIMERAS EXPEDICIONES DE ALEXANDER VON HUMBOLDT HASTA LOS DÍAS DE JULIO VERNE EN PARÍS.
Quizá Julio Verne se inspiró para su magna obra en el manuscrito de las aventuras del militar Carlos de Montúfar y Larrea y el explorador Alexander Von Humboldt. Aquí, parte del material.
Viaje al centro de la Tierra
Este proverbio vasco podría resumir la figura de Alexander Von Humboldt (Berlín, 1769), geógrafo, astrónomo, humanista y explorador. En 1802 llegó a Quito, Ecuador, tras invertir su herencia familiar en la empresa que marcaría su vida. Allí comenzó a organizar la expedición y se relacionó con la alta sociedad, momento en el que entró alguien crucial en esta historia: Carlos de Montúfar y Larrea (Quito, 1780), noble y militar, considerado uno de los libertadores de Ecuador junto a Simón Bolívar. En los días previos al comienzo de sus andaduras ambos disfrutaban de la ciudad quiteña, ganándose una reputación de “obscenos y disolutos” y de visitar sitios “donde los amores impuros rigen”.
Su amistad se forjó a fuego, convirtiendo a Montúfar en la mano derecha del geógrafo y el encargado de llevar el diario de la expedición que les condujo a coronar varias cumbres del Ecuador, como los volcanes Pichincha, Cayambe o Chimborazo. Durante el viaje, Humboldt iba recopilando información sobre flora, fauna, geografía y topografía que resumió en obras como Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente y en artísticos mapas.
El viaje duró dos años, hasta llegar a Filadelfia –donde concluye–, y regresa a Europa acompañado de Montúfar. Ya en París vivieron la coronación de Napoleón y se rodearon de lo más granado de la sociedad parisina, coincidiendo con personajes como Bolívar.
En 1805, Montúfar viajó a España, llevando consigo varias cartas de recomendación de Humboldt. Durante un tiempo recibió ayuda económica del alemán, a quien escribió una carta llamándole “amado amigo”. Antes de separarse en París, el explorador le dio unos cuarenta y nueve euros actuales para sus gastos y le hizo luego varios giros desde Berlín. Una carta encontrada en el archivo de Humboldt muestra los pedidos de ayuda de Montúfar, pero se desconoce si pudo pagar los préstamos. Datos posteriores revelan que Carlos dispuso de una copia del manuscrito del viaje, pudiéndolo vender en París para sufragar las penurias que pasaba. Montúfar murió soltero en 1816.
En 1847 Julio Verne comenzó sus estudios de Derecho en París, donde obtuvo el título de abogado. Su padre le permitió permanecer allí y seguir escribiendo siempre que se dedicara a su carrera, pero dejó de financiarle al ver que su hijo no cumplía tal requisito. Verne gastó todos sus ahorros en libros, pasaba horas en las bibliotecas y llevaba una vida de máxima pobreza. Años más tarde, en 1864, ve la luz Viaje al centro de la Tierra, la expedición de un profesor y su nieto a las entrañas de nuestro planeta.
¿Leyó Verne el manuscrito? ¿Casualidad? Juzguen ustedes.
“Donde van tus pensamientos, van tus pasos”