El creador de OD Hotels.
Marc Rahola, CEO y fundador OD Hotels
Camiseta. Vaqueros desgastados. Zapatillas: son la triada ganadora en el armario de Marc Rahola. Su uniforme, la ropa con la que se siente cómodo... y la primera pista de por dónde irán los tiros en su particular ‘imperio’: la cadena OD Hotels.
Más que de hotelero, Marc tiene ese aspecto de eterno adolescente, que juega, inventa y se divierte con todo lo se trae entre manos. No sólo lo parece. Es así. Por eso, además de a la hotelería, apunta a otro sinfín de cosas: desde el cultivo de almendras hasta la música. Y, por encima de todo, el arte, que es a lo que le gustaría dedicarse cuando se jubile. Ahí va la segunda pista.
Actualmente, OD Hotels cuenta con hoteles en Ibiza, Mallorca y Barcelona y, muy pronto, dará su salto internacional a Saint-Tropez y Miami. Desde la inauguración del primero, el OD Ibiza, cuyo vestíbulo se convirtió en el lugar de reunión de los DJ en la isla, Rahola se desmarcó de todo lo que había hecho con su familia (la saga hotelera de los Matute) para seguir su propio instinto. El resultado son unos hoteles luminosos, funcionales y relajados donde siempre hay espacio para el arte y el diseño y que giran alrededor de un concepto que choca diametralmente con lo que muchos otros defienden como un mantra: “El hotel NO es una experiencia per se, sino la consecuencia o el accidente de visitar un destino determinado”. De ahí es fácil adivinar que lo fundamental en las propiedades OD sea la ubicación, y que a Marc le preocupen mucho menos los servicios extra –“todo eso que tienes que pagar y muchas veces no usas”– y más el que de verdad sean “inclusivos” y se “reabastecezcan de la energía de la propia ciudad, sin bótox ni silicona”.
Una de sus obsesiones es hacer hoteles en edificios con storytelling, que hayan vivido (al menos) una vida anterior, para “no consumir más territorio, sino recuperar y revalorizar el existente”. La otra, que cuando nos sentemos a tomar ese café mirando por la ventana, lo hagamos en una silla de Mies van der Rohe o de Alvar Aalto, mejor que en cualquier otra. Nos gusta tu rollo, Marc.