El nuevo hotel boutique parisino en un edificio de los 70 de Novarina.
Más tarde, Novarina ideó un poderoso edificio que hoy acoge el Hôtel de Berri. Viva el siglo XX.
Lo primero que llama la atención al llegar a la rue de Berri, distrito 8 de París, es que las dudas te asaltan al plantarte frente al edificio que acoge el hotel del que todos hablan. Que no puede ser. Que es bonito, ok, pero demasiado moderno, demasiado racional para un París que siempre quieres ver decimonónico y rutilante. Sin embargo, entiendes todo cuando descubres que el gran arquitecto y urbanista Maurice Novarina levantó en los años 70 este bloque de cristal y acero –hoy protegido– en el lugar donde antes estuvo la casa de Elsa Schiaparelli y, rebobinemos más todavía, donde residió la princesa Mathilde Bonaparte, prometida –boda fallida mediante– de Napoleón III. Resulta lógico por tanto que los actuales propietarios, la familia Dohkan, unidos al músculo de Marriott International bajo su sello The Luxury Collection, hayan convertido este hotel boutique en una oda al arte, a la historia y al desparrame visual (ojo a las loquísimas moquetas artesanales) firmado por el interiorista Philippe Renaud. Obras de arte campan entre esculturas romanas y joyas de anticuario en las habitaciones, con amenities de Diptyque en el baño, mientras que los dibujos del gran Hyppolite Romain decoran el bistró, Le Schiap, con –como si fuera poco el name-dropping– caricaturas de Gertrude Stein, Diana Vreeland o Karl Lagerfeld. Vamos, que sólo faltas tú (marriott.com).