EL SOUVENIR
Figuras hechas con maderas recogidas de la playa, grabados sobre sábanas viejas, lámparas construidas con cocos, tapices de semillas y conchas marinas cosidas... Son algunas de las obras expuestas y a la venta en el Museo de Arte Contemporáneo al Aire Libre del pueblecito de Islita (ver pág. 112). Situado en un alegre edificio forrado de coloridos murales, justo enfrente del campo de fútbol –casi más grande que el propio pueblo–, es la parte más visible del programa de responsabilidad social del hotel Punta Islita. Nació en 2002, fruto de la complicidad entre don Harry, propietario del hotel, y dos artistas, Marcella Valdeavellano y Loida Pretiz, con una visión: construir una nueva identidad al pueblo, una artística, ayudar a su economía y conectar a los lugareños con las actividades del hotel. Para ello y a lo largo de varios meses, artistas de diferentes disciplinas vinieron a descubrir su potencial talento. La diseñadora Emilia Rodríguez formó un grupo de costura, las Papaturras –pues se reunían a coser bajo un árbol de papaturro–; Sila Chanto enseñó a las llamadas Matrices a hacer grabados en tela; Roberto Morelas, experto en madera, creó el grupo BosqueMar para aprovechar los tesoros que se encuentran en la playa tras la madera... Dieciséis años después, con más de 40 artistas locales implicados en el proyecto, en su mayoría mujeres, el cambio social y de mentalidad en las familias es evidente. Viajan a ferias, los estudios de decoración les encargan trabajos a medida y los talleres de manualidades que se imparten en el museo son una de las actividades más demandadas por los huéspedes del hotel (hotelpuntaislita.com).