ESE COCHE ENAMORADO DE LA LUNA
VOLAMOS DESDE MADRID, EN HORA PUNTA, HASTA EL DESIERTO DE MONEGROS CON EL NUEVO SEAT ATECA.
El reto es cósmico: dejar la capital de buena mañana para llegar a la hermosa pero árida comarca de Los Monegros, donde emularemos aquel gran paso para la Humanidad. El Seat Ateca es nuestra nave nodriza. Sus avanzados sistemas de tracción a las cuatro ruedas y una suspensión más reactiva, gracias a su barra de estabilización, ofrecen mejor ángulo de giro y respuesta en todo tipo de condiciones y superficies. Nuestro SUV, que incluso cuenta con diferentes modos de conducción –normal, eco, sport, individual, offroad y nieve–, mitiga nuestro miedo a las lluvias de meteoritos y baches en carreteras sin asfaltar. Tampoco es problema el atasco a la salida de Madrid, ya que tiene un sistema de detección de ángulos muertos con luz en el retrovisor que facilita los adelantamientos. Al caer la noche disfrutamos de la tecnología Full Link y conectamos los smartphones. No importa el paraje, la cámara Top View (360º) y el asistente de aparcamiento son a prueba de dummies. Y gracias al portón trasero eléctrico y al pedal virtual ni siquiera necesitamos tener las manos desocupadas para abrir el maletero. El cual, por cierto, tiene 510 litros de capacidad (en la versión de tracción delantera; 485 l en la de tracción integral), pese a que este Seat es de dimensiones exteriores contenidas. Qué decir de la llave –“más lista que nosotros”, dijo alguien–, si basta con acercarse al vehículo para que este se abra al sentir nuestra presencia. Nuestro módulo de mando es un diez