¿Hay alguien ahí?
Un oasis de cristal en mitad del desierto granadino de Gorafe.
Ubicada en uno de los lugares con las condiciones más adversas de Europa, la bautizada como Casa del desierto se levanta sobre una estructura de madera acristalada que permite contemplar, desde el confort de su interior, el impresionante paisaje del desierto de Gorafe, situado en la parte septentrional de la comarca de Guadix, en Granada.
Un espacio de 20 metros cuadrados distribuidos en dormitorio, baño y zona de estar que constituye un verdadero oasis de paz donde la sensación es la de haber aterrizado en otro planeta –o la de ser el único superviviente de este tras un ataque zombi–. El objetivo de Guardian Glass, empresa artífice del proyecto, estaba claro: “Mostrar de primera mano y sobre el terreno, durante las cuatro estaciones del año, la importancia del vidrio en nuestra vida cotidiana”, explican. En resumen, desafiar todos los límites del diseño, empezando por la ubicación. Aquí, el paso del tiempo, acompañado de la erosión y la falta de vegetación, ha originado badlands (tierras baldías), que se caracterizan por su perfil abarrancado y su extrema aridez. Cañones, cárcavas y otras formaciones completan la postal que se contempla tras los vidrios de la Casa del desierto.
La sostenibilidad es otra de las claves del proyecto, obra de OFIS Arquitectura. La casa cuenta con un sistema de filtrado de agua, otro de producción de energía y un conjunto de paneles solares fotovoltaicos. Eso, sumado a que el vidrio de las ventanas ayuda en el ahorro de energía y asegura un mejor aislamiento térmico y acústico de los interiores, da como resultado una estructura respetuosa con el medio ambiente y energéticamente eficiente. Como reza su lema, esta casa se convierte en #tumundodeventanasadentro. Eso sí, con vistas panorámicas del exterior (lacasadeldesierto.es, desde 150€ la noche).