DÓNDE COMER
4 Sabich Tchernichovsky Tchernikhovski 2 Ese bocado exprés que todo viajero necesita para no perder tiempo en su visita. Este untoso bocadillo de pita, tahini y berenjena cuya autoría se debaten Israel e Irak, es una fórmula rápida de saborear la tradición culinaria de la ciudad. 5 Shlomo and Doron Hummus Yishkon 29 Enloquecerás con la multitud de referencias que encontrarás en guías sobre el mejor hummus de la ciudad, pero el que dispensa este pequeño local de Kerem HaTeimanim, con rodajas de limón y cebolla como condimento, debe ser, como mínimo, pariente. Acude a primera hora de la mañana porque se acaba. 6 Port Said Har Sinai 5 El televisivo Eyal Shani ha diseñado esta carta para comer con las manos mientras hordas de
hipsters disfrutan de la puesta de sol. El plato estrella de bistec e hígado de pollo se disputa el protagonismo con los cientos de vinilos que caldean el ambiente hasta la madrugada. 7 Cafe Puaa Rabbi Yohanan 8; rol.co.il Una excusa para visitar el mercadillo de Jaffa tras la excursión por el bulevar. Jerusalén de tintes cinematográficos. Acomodarse en alguno de sus viejos sofás hará que te sientas como en casa de la abuela. La recetas caseras mediterráneas de su carta, también. 8 Ha’Achim Shlomo Ibn Gabirol 12 haachim.co.il Ubicado en una calle repleta de edificios Bauhaus, ofrece uno de los brunch más deliciosos de la ciudad. Su buffet de ensaladas, jamón artesanal, guiso shakshuka y panadería recién horneada hará que, por unos minutos, olvides tu fiebre “racionalista”. 9 M25 Simtat HaCarmel 30 m25meat.co.il Los fanáticos de la carnaza tienen visita obligada a este espacio con pinta de taberna en la que saborear y llevarte a casa los mejores cortes de Meat Market, la carnicería colindante. Su carta cambia a diario, es cosa de repetir. 10 Taizu Derech Menachem Begin 23; taizu.co.il Asia no queda tan lejos, y menos aún con este viaje culinario en manos del chef local, Yuval Ben Neriah. Su premiada propuesta de fusión
asiaterranean no te dejará indiferente. Su creatividad en la coctelería y los postres, tampoco.