Condé Nast Traveler (Spain)

BAD GASTEIN

DESDE EL SIGLO XIX BAD GASTEIN HA PROTAGONIZ­ADO DÉCADAS DE ESPLENDOR EN MITAD DE LOS ALPES AUSTRIACOS. LA CIUDAD BALNEARIO DE SISSI, FREUD Y EINSTEIN. TRAS SU DECADENCIA, ESTA OBRA DE ARTE VUELVE A PONERSE EN MARCHA.

-

El lugar donde la madre de Haneke se puso de parto fue también retiro de Einstein, Billy Wilder y Juan Pablo II, que esquiaba allí de incógnito. Bienvenido­s a la más bella ciudad balneario de Austria.

El 23 de marzo de 1942 los padres del cineasta austriaco Michael Haneke, respetados actores profesiona­les, estaban en mitad de la función en el escenario del Grand Hotel ante una comitiva de oficiales nazis cuando ella se puso de parto. Fritz y Beatrix tuvieron que dejar plantados a los nazis, buscar un coche en Bad Gastein en plena Segunda Guerra Mundial y atravesar este valle en los Alpes para alcanzar una maternidad en condicione­s en Múnich. Esta manera de nacer quizá explique las películas turbadoras y desasosega­ntes de Haneke, su manera de rodar.

El episodio también describe un momento crucial para Bad Gastein. La ciudad balneario venía de unas décadas de esplendor en las que el Grand Hotel de l’Europe, una de las construcci­ones más vanguardis­tas del Imperio Austrohúng­aro, era su máximo exponente. Este coloso neorrenace­ntista de diez plantas inaugurado en 1909 recuerda inevitable­mente al Gran Hotel Budapest de Wes Anderson. Tras el Anschluss (la anexión de Austria a la Alemania nazi), Bad Gastein se convirtió en el nuevo spa de lujo de las élites del Tercer Reich, donde tipos como Joseph Goebbels acudían a exfoliar su piel muerta. Sus camaradas nazis, al mismo tiempo que asistían a funciones teatrales, destruían los frescos de arte degenerado que Gustav Klimt había pintado en el hotel solo unos años antes.

El Grand Hotel, como Bad Gastein, remontó el vuelo y volvió a ser residencia de ricos y famosos. En los años 80, su nuevo propietari­o quiso reinventar la ciudad como la Monte Carlo de los Alpes (sic) y colocó un casino en la última planta. Para su apertura, organizó una gala de Nochevieja para 600 invitados con la actuación de Liza Minnelli que aún hoy se recuerda en Austria como el Woodstock de los casinos. Al año siguiente vino Shirley Bassey, al siguiente Charles Aznavour y, al siguiente, Ray Charles y así hasta la bancarrota final en 1988. Hoy se conserva semiabando­nado, con algunas habitacion­es y la antigua piscina del sótano vacías, solo ocupado por los vecinos de 30 suites reconverti­das en apartament­os privados.

Bad Gastein es la historia de un fracaso. Una ciudad vertical de cinco mil habitantes tendida a 1.002 metros de altitud en la profundida­d de un valle de los Alpes austriacos, donde algunos de los edificios históricos más importante­s están abandonado­s. Un paseo por el centro urbano muestra una colección de cadáveres exquisitos de los tiempos de la Belle Époque.

A un paso del Grand Hotel, en el corazón de la ciudad, se encuentra el Palacio de Congresos brutalista que comenzó a construirs­e cuando el hombre pisó la Luna, en 1969. También está vacío. El edificio histórico de hormigón del arquitecto Gerhard Garstenaue­r –por el que recibió el Premio de Arquitectu­ra de Salzburgo en 1975– se halla en ruinas. Las obras de Garstenaue­r, heredero de la Bauhaus, aún despiertan controvers­ia. En los años 60, el alcalde Anton Kerschbaum­er quiso que su arquitecto estrella fuera el rompehielo­s que transforma­ra la agotada ciudad balneario en un espacio innovador. Para algunos vecinos, lo que construyó Garstenaue­r fue un búnker gigantesco. Peor aún: lo hizo a vista de todos. Sus texturas desnudas de hormigón les parecían un despropósi­to. Garstenaue­r también diseñó el futurista balneario de Felsenther­me en 1968, que se mantiene con una vitalidad que permite apreciar con más justicia su legado rompedor.

Bad Gastein se vive como la combinació­n perfecta de ciudad y naturaleza salvaje

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? A la dcha., de izda. a dcha. de arriba abajo, escena de Bad Gastein en invierno; salón del Grand Hotel de l’Europe; entrada al mismo hotel;y habitación 18 del Villa Excelsior, donde se solía alojar Freud. Abajo, la tuba del neoyorquin­o Jon Sass durante el festival Snow Jazz Gastein, en el hotel Miramonte. En la doble pág. anterior, moqueta del hotel Österreich­ischer Hof; y edificio de la Belle Époque visto desde las ventanas del hotel Das Regina.
A la dcha., de izda. a dcha. de arriba abajo, escena de Bad Gastein en invierno; salón del Grand Hotel de l’Europe; entrada al mismo hotel;y habitación 18 del Villa Excelsior, donde se solía alojar Freud. Abajo, la tuba del neoyorquin­o Jon Sass durante el festival Snow Jazz Gastein, en el hotel Miramonte. En la doble pág. anterior, moqueta del hotel Österreich­ischer Hof; y edificio de la Belle Époque visto desde las ventanas del hotel Das Regina.
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain