HABITACIÓN CON VISTAS
Si te despiertas y ves a un elefante junto a tu cama, creerás que sigues soñando. Pero no, estás en medio de la selva tailandesa.
Dormimos entre elefantes en la selva tailandesa.
No te aseguramos que vayas a dormir a pierna suelta. Las pisadas y los barritos de los elefantes se sienten cerca, muy cerca, y la nitidez con la que se percibe el cosmos da algo de vértigo. Lo que sí te garantizamos es que la noche que pases en una de las dos nuevas habitaciones burbuja, jungle bubbles las llaman, del Anantara Golden Triangle Elephant Camp & Resort, no la olvidarás en tu vida. Desde que el hotel abrió, hace 17 años, allí donde el río Ruak se encuentra con el Mekong, en la triple frontera entre Tailandia, Laos y Birmania, sus 65 hectáreas de terreno son la sede de la
Fundación Golden Triangle Asian Elephant (GTAEF), una organización sin ánimo de lucro dirigida por la doctora Nissa Mututanont, una eminencia en paquidermos, que da refugio (y buena vida) a más de una veintena de elefantes rescatados de las calles, de trabajos forzados y del tráfico ilegal. También a sus mahouts, sus cuidadores (y propietarios) y a sus familias, a los que –y aquí reside el éxito de la fundación– se les ofrece un salario digno y se les reeduca para que su trato con el animal sea más amable. Aupadas sobre plataformas de madera, las originales burbujas están hechas de tela de poliéster de alta tecnología totalmente transparente. Y viendo todo lo que nos rodea, ¿quién va a querer cerrar los ojos? (anantara. com; 505€, incluye cena para dos y servicio de habitaciones).