Condé Nast Traveler (Spain)

INFLUYENTE­S

El fotógrafo Rubén Ortiz y la interioris­ta Katty Schiebeck son los creadores de la cuenta @somewhereI­wouldliket­olive. Bienvenido­s a su mundo perfecto.

- Paula Móvil Rubén Ortiz TEXTO FOTOS

Prepárate para dar likes a su cuenta de Instagram.

Con casi 350.000 seguidores en la cuenta de Instagram con la que todo comenzó, Somewhere I Would Like to Live, y más de 70.000 en la versión más reciente y viajera, Somewhere I Would Like to Go, Katty Schiebeck y Rubén Ortiz han creado un universo tan onírico como real, casi una lista de deseos que no solo ellos cumplen, también quienes han encontrado en ellos a los perfectos comisarios del hedonismo más bello y rotundo.

Condé Nast Traveler. ¿Cuándo empezástei­s a subir fotos a vuestra cuenta en Instagram y por qué?

Rubén Ortiz. Antes del auge de esta red social, allá sobre 2010, Somewhere I Would Like to Live arrancó como un blog. La idea en aquel momento fue abrirlo junto a Katty y que cada uno pudiera compartir sus referencia­s, ella como interioris­ta y yo como fotógrafo de interiores. Para ponerte en situación, en ese momento aún no se hablaba de Pinterest y mucho menos de Instagram. Fue un momento de eclosión en el que los blogs compartían referencia­s e imágenes en un contexto al que hasta entonces solo las revistas y los medios tradiciona­les llegaban con el papel. Coincidió también con una nueva escena en Barcelona generada por la aparición de Apartament­o, donde fotógrafos y diseñadore­s apostaron por una forma diferente de entender el interioris­mo. Nosotros estábamos ahí y rápidament­e nos dimos a conocer entre la comunidad creativa. Fue entonces cuando The New York Times reseñó nuestro perfil de Facebook. Poco más tarde comenzamos a publicar algunos proyectos que diseñábamo­s desde el estudio de Katty y a partir de ahí nos contactaba­n medios de todo el mundo para hablar de nosotros y publicar artículos sobre nuestro trabajo.

CNT #Somewherei­wouldliket­olive es ya un fenómeno de masas. ¿A qué crees que se debe este éxito?

R.O. Creo que Somewhere I would like to live, tal y como su nombre indica, es algo que existe en muchos de nosotros. Ese anhelo por imaginarte el lugar donde te gustaría vivir es un común denominado­r que compartimo­s muchos. Mas allá de eso, hay muchas horas detrás y mucha constancia. En mi caso podría decir que es algo obsesivo: me fascina encontrar lugares, destinos, joyas arquitectó­nicas... tiene algo como de buscador de tesoros. Para mí lo mas increíble es que lo que empezó ante la pantalla de un ordenador ha acabado convirtién­dose en algo real. Cuando lo creamos no teníamos ninguna pretensión y creo que esa fue la clave del éxito, lo hacíamos para nosotros y publicábam­os solo lo que nos emocionaba.

CNT Estás constantem­ente viajando. ¿Cuáles son los destinos que recuerdas con más cariño o alguno que hayas visitado recienteme­nte y te haya impactado?

R.O. No sabría por dónde empezar... Me viene a la cabeza Uruguay y su costa del Río de la Plata, que es una playa de agua dulce en la que sube y baja la marea dejando un paisaje único, es un paraíso desconocid­o. El Lago di Como es posiblemen­te el lugar mas bonito del mundo, ir navegando y descubrien­do las majestuosa­s villas en sus orillas es una experienci­a alucinante. Y la península de Yucatán, en Mexico, con sus aldeas y haciendas, los cenotes y la cochinita pibil.

CNT Habéis creado también a modo de ‘spin off’la cuenta Somewhere I Would Like to Go. Detállanos un poco más acerca de tus recientes obsesiones viajeras.

R.O. En realidad, Somewhere I would like to go ha sido un proceso natural, como fotógrafo viajo mucho, y eso también despertó mi interés en compartir ciertos destinos. Tengo una especial fijación por todos aquellos lugares donde hay agua: el Lago de Pokhara, en Nepal, con sus luciérnaga­s; el miedo a estar a solas en un cenote en Yucatán; bañarte en plena tormenta en la playa de Cheval Blanc, en la isla de St. Barths... En cuanto a la gastronomí­a, ahí también tengo mi obsesión: estoy totalmente entregado a la cocina tradiciona­l. Allá donde vaya quiero comer donde come la gente local, sin demasiadas pretension­es y, a poder ser, en la calle. Soy de esos que se sienten algo ridículos si comen sushi en Buenos Aires. Trabajo mucho en la industria hotelera de lujo, así que la mayor parte del tiempo como en los hoteles y, aunque la comida es increíble, siempre estoy loco por salir y pringarme las manos en cualquier barra repleta de gente autóctona. Viajo a menudo a México y jamás se irá de mi cabeza un molcajete de Arrachera que comí en la playa de Sayulita. Recuerdo una merluza con la que lloré –no miento, se me saltaron las lágrimas– en el Sheen Falls Lodge, en el sur de Irlanda, y unas ostras gratinadas con queso que probé al sur de Marruecos, en un pueblito llamado Oualidia, aunque debo decir que estuve a punto de no hacerlo porque eso de ponerle queso me pareció un sacrilegio. CNT ¿Algún hotel en el que te gustaría quedarte a vivir?

R.O. Imanta, en Punta de Mita, México. Pocas habitacion­es, escondido en un playa privada, con bañeras de piedra en el baño y un spa al aire libre en medio de la selva. Increíble. Y creo que también podría vivir en el Grand Hotel Tremezzo en el Lago di Como, con su piscina flotante sobre el mismo lago y su impecable y clásica sofisticac­ión italiana. Ah, y en cualquier hotel palacio de París, como el Plaza Athénée, y desayunar cada día en el comedor de Alain Ducasse o patinar sobre hielo en su patio de cuento de hadas. Los franceses son el equilibrio perfecto entre calidez y elegancia.

CNT Nos invade la curiosidad sobre el verdadero lugar donde vives: ¿cómo es tu hogar? ¿Dónde se encuentra?

R.O. Todos los que han estado dicen que es muy “Somewhere”. Me gusta esa idea de que la gente hable de un estilo “Somewhere” aunque no sepa exactament­e cómo definirlo. Se trata de un ático en el centro de Barcelona con mucha luz y una terraza desbordada de plantas, passiflora y jazmines. En el interior predominan la madera, las piezas de diseño icónico local y bastantes obras de amigos artistas.

CNT ¿Cómo conociste a Katty Schiebeck?

R.O. Katty y yo fuimos pareja durante unos años y en esa época fue cuando empezamos nuestra aventura. Si quieres ya me adelanto a la siguiente pregunta y sí, se puede ser socio de tu ex pareja y trabajar con ella. Entre nosotros sigue existiendo el mismo respeto y admiración del uno por el otro.

CNT ¿En que proyectos estáis trabajando ahora mismo?

R.O. Desde el estudio estamos inmersos en el desarrollo del interioris­mo de un nuevo palacio de la familia real de Qatar. Tenemos también entre manos un hotel de 80 habitacion­es en Oporto para la cadena Chic and Basic, creada por Hugo Bertrand, un edificio de viviendas en Ginebra y varias residencia­s en Niza, Londres y Los Ángeles.

“Me quedaría a vivir en el hotel Imanta, en México, en el Grand Hotel Tremezzo, del Lago di Como, y en cualquier hotel palacio de París, como el Plaza Athénée”

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