HABITACIÓN CON VISTAS
La piscina en la sexta planta del hotel Le Bristol es lo más cerca que estarás del Mediterráneo en la capital francesa.
O, mejor dicho, piscina. La del hotel Le Bristol.
Desde lo alto del hotel Le Bristol, en el número 12 de la rue du Faubourg Saint-Honoré de París, se divisa el escarpado litoral de Cap d’Antibes incluso en los días nublados. Si no nos crees –lógico, esta localidad de la Costa Azul se encuentra a 917 kilómetros–, no tienes más que subir en el viejo ascensor de madera hasta la sexta planta, la última, y embarcarte a bordo de la piscina cubierta más bonita del mundo. Forrada enteramente de madera, fue proyectada como si de un velero de época se tratara por el arquitecto alemán Cäsar Pinnau, quien se inspiró en los diseños de Onassis y Niarchos. El sol, que entra a raudales por los ventanales inclinados que dan acceso a la terraza, parece ser el causante del rubor en las mejillas de las damiselas que pasean ociosas por la cubierta en el trampantojo costumbrista que recrea la proa de este velero con rumbo al Hôtel du Cap Eden Roc, la propiedad hermana de Le Bristol en el Mediterráneo. A estribor, sin embargo, asoman los tejados de la rue Faubourg Saint-Honoré y a babor la vista se pierde sin interrupción sobre los tejados de Montmartre, con la cúpula de la basílica de Sacre Coeur y la omnipresente Torre Eiffel distinguiéndose en lontananza. Esta piscina, en la que, bajo petición previa, se imparten clases de natación y divertidas sesiones de aquatraining, es el complemento ideal al jardín: un espacio verde de 1.200 m2 en el que almorzar o tomar una copa embriagados por la musicalidad de las fuentes y la fragancia de los magnolios y las azaleas. Como en el Mediterráneo, pero en el centro de París (oetkercollection.com).