Y que pasen otros cien años
En 1920, Jujiro Matsuda escribió el primer capítulo de Mazda, la gran historia de un icono del motor japonés.
La vida de Jujiro Matsuda (Hiroshima, 1875), el menor de doce hermanos nacidos en el seno de una familia humilde, daría para el argumento de una película con ingredientes suficientes para reventar las salas: afán de superación, fe en uno mismo, tesón y éxito. Ante la imposibilidad de asistir a la escuela, Jujiro se mudó a Osaka con solo trece años para trabajar con un herrero. Fue allí donde empezó a interesarse por las posibilidades de desarrollo de maquinarias y, alentado por su propio deseo, comenzó su paso por diferentes industrias de toda índole. El gran terremoto de Kanto de 1923 focalizó la atención pública hacia el pujante automóvil como medio de transporte, y sirvió a Jujiro para apostar por los camiones de tres ruedas. Más baratos y accesibles que el costoso automóvil de cuatro ruedas, Jujiro vio en estos vehículos la manera de contribuir a “mejorar la calidad de vida de las personas y el desarrollo de mi país”. Además, apoyó la fabricación interna de la mayor cantidad posible de piezas e impulsó la investigación con ingenieros. Fue así como nació MatsudaGo, que pronto comenzó a popularizarse como MazdaGo. El resto es historia de la automoción y, cien años después, Mazda la celebra con un viaje visual y emocional a través de sus emblemáticos modelos (www2.mazda.com).