“Matarlos era un placer porque Ruth sufrirá de por vida”
Para Bretón, “matar a sus hijos era un placer permanente porque sabe que Ruth sufrirá de por vida”, dijo Reposo Carrero ante el tribunal popular, y añadió que vemos casos de hijos que matan a sus padres, pero no al contrario, en referencia al síndrome de Medea. Además, “no hemos escuchado que haya pedido perdón por haber perdido a sus hijos”.
La presión le llevó al procesado a pedir dos veces a los policías que lo detuvieran, pero el fallo garrafal de la perito Josefina Lamas, que en primer momento determinó que los huesos hallados en Las Quemadas eran de pequeños animales, le dio alas. Sin este fallo “no hubiera existido el caso Bretón” y no se hubiera demorado nueve meses la investigación de este crimen. Aun así, “lo fundamental es que los restos de los niños han aparecido en la hoguera” y que fue el profesor Francisco Etxebarría quien dio un giro a la investigación al asegurar que los huesos eran de dos humanos inmaduros de dos y seis años de edad, las mismas que Ruth y José.
Se dirigió al jurado para preguntar: “¿Hace falta ADN para saber que los niños de esa hoguera son los hijos?” de Bretón, y recordó que el hallazgo de rasgos genéticos “son una prueba más” y su ausencia significaría que “a nadie se le podría acusar de asesinato”.
Etxebarría, los forenses de la Complutense, los expertos del Instituto Nacional de Toxicología y los bioarqueólogos “han refutado” l as versiones de Bretón, añadió Carrero.
Hpadre pueda asesinar a sus propios hijos”, resaltó Carrero, pero “lo peor es que es un ser humano en el que todos nos podemos reconocer en un determinado momento”, s i bien en J osé Bretón “no hay un atisbo de arrepentimiento”. En otro momento anunció que planteará que esos huesos hay que entregarlos a la madre y rei-