El pacto sobre Grecia disipa el riesgo de tensión en la eurozona
El Eurogrupo pide al Gobierno de Rajoy que mantenga “el ímpetu en la adopción de reformas” El FMI apremia a sanear los balances de la banca y a reducir el déficit público “sin ahogar el crecimiento”
El Eurogrupo acordó ayer entregar a Grecia un nuevo tramo de ayuda financiera de 6.800 millones después de que el Gobierno se comprometiera con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a aplicar sin nuevas demoras los ajustes prometidos en la Administración pública. El compromiso alcanzado in extremis entre el Gobierno heleno y la troika –Comisión Europea, Banco Central Europeo (BCE) y FMI– pocas horas antes del inicio del Eurogrupo aleja el riesgo de nuevas tensiones en los mercados financieros de la eurozona que han penalizado a la deuda pública española. Dada la habitual tendencia del Gobierno griego a incumplir sus compromisos una vez ha obtenido el nuevo paquete de fondos internacionales con que subsanar sus necesidades financieras más urgentes, el Eurogrupo decidió que el nuevo tramo de ayuda se abonará por partes y estará condicionado al cumplimiento de una serie de objetivos. La primera ayuda de 4.000 millones será desembolsada por la eurozona a partir del 19 de julio si antes el Gobierno griego reduce el número de empleados públicos, racionaliza el impuesto de renta y corrige el déficit de la sanidad pública, explicó el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem. El FMI desembolsará otros 1.800 millones en agosto si Atenas aplica las reformas al ritmo previsto. El Eurogrupo abonará los 1.000 millones restantes en octubre condicionados a las privatizaciones y a la reforma de la Administración.
VISTO BUENO A ESPAÑA El Eurogrupo estimó que el rescate bancario español se está aplicando de forma correcta según los plazos previstos e instó al Gobierno español a “mantener el ímpetu en la adopción de las reformas” económicas y laborales comprometidas. Dijsselbloem indicó que el programa del rescate acaba “en principio en diciembre”, pero precisó que aún no se había discutido sobre su finalización o su eventual prolongación. “Eso se discutirá tras la nueva evaluación que se efectuará en septiembre”, añadió Dijsselbloem.
La directora del FMI, Christine Lagarde, recomendó a los ministros de la eurozona una estrategia de cuatro prioridades para combatir la debilidad económica y el paro. Primero, insistió, la eurozona debe completar el saneamiento de sus balances bancarios, asegurándose de que existen fondos preparados para cubrir las recapitalizaciones necesarias antes del examen del BCE sobre la calidad de los activos bancarios. Segundo, añadió Lagarde, debe completarse con rapidez la unión bancaria, adoptando definitivamente las normas sobre supervisión única a través del BCE, sobre gestión de crisis bancarias y sobre el mecanismo común para su resolución. “Aún queda mucho por hacer”, lamentó Lagarde. El FMI recomendó además a la eurozona que reduzca el déficit público a un ritmo adecuado que no ahogue el crecimiento ni el empleo y que adopte con decisión las reformas económicas y laborales necesarias para mejorar la competitividad.
La lectura de la cartilla de Lagarde al Eurogrupo fue acogida con incomodidad por los ministros europeos. El presidente del BCE, Mario Draghi, advirtió en el Parlamento Europeo de que la recapitalización adicional de los bancos que aparezca necesaria tras el próximo examen que realizará la institución deberá ser respaldada por fondos nacionales (privados o públicos) y que la recapitalización directa desde el fondo de rescate europeo no será posible hasta más adelante.