Oportunidades CONSO DOMÍNGUEZ
Tras más de ocho décadas trabajando por las personas con ceguera y discapacidades visuales graves, en la ONCE saben lo que es generar oportunidades de empleo que se transforman en autonomía de su afiliados
El colectivo de personas afectadas por la ceguera y discapacidades visuales graves sabe, de buena mano, lo que supone el respaldo de una organización estructurada y bien consolidada. No en vano la Organización Nacional de Ciegos Españoles, ONCE, lleva ya ocho décadas trabajando por las necesidades específicas de estas personas. En este recorrido «se ha avanzado muchísimo en la capacidad visual» reconoce la presidenta de la ONCE en Córdoba, Carmen Aguilera.
En la actualidad son 1.353 las personas afiliadas a la organización lo que supone un 8,75% de los afiliados de toda Andalucía.
De ellos casi 400 integran la plantilla de vendedores de cupones y otros juegos de azar. Esta actividad ha permitido a la organización dar trabajo, autonomía e independencia a sus afiliados.
El producto del juego, reconoce Aguilera, requiere de una persona «que aprende a utilizar un ordenador o un móvil», que se desplaza «por las calles, de forma autónoma» y que genera unos
ingresos que le permiten llevar «una vida normal», autónoma.
En opinión de Aguilera, el empleo «lo que permite la inclusión en la sociedad a todos los niveles» especialmente «a nivel personal» por «sentirte útil y aportar a la sociedad como cualquier persona» además de permitir mejorar «la calidad de vida gracias a los recursos que proporciona un trabajo».
La ONCE también genera puestos de trabajo para personas discapacitadas en sus centros. En Córdoba un total de 488, el 57,6% de su plantilla.
Otra cosa es trabajar fuera de los cauces de la organización. En este caso encontrar un empleo ya es más difícil. En este grupo se encuentran tan sólo 43 personas.
Este es uno de los objetivos de la directora de la ONCE, concienciar a administraciones y empresas privadas de la «necesidad de que se cumpla la normativa de empleo, la reserva de plazas para personas con discapacidad, cambiar el chip y dar oportunidades».
Es un hecho que hay «muchas personas formadas con discapacidad» dispuestas a «incorporarse en las plantillas» y Aguilera llama a la «responsabilidad social de las empresas» para que esto suceda.
El desconocimiento es la principal barrera de muchas empresas para contratar por lo que Aguilera recuerda que la ONCE se encarga de todas las adaptaciones de las personas ciegas o con deficiencia visual grave necesitan para desarrollar su labor en igualdad con el resto de compañeros. La discapacidad «no tiene que suponer ningún déficit en lo hace en Centros Específicos de Educación Especial.
En el equipo específico de Córdoba se encuentran cursando estudios ocho alumnos sordociegos, que se enfrentan a un doble handicap sensorial. También hay 17 alumnos usuarios del sistema braille, en especial en etapas superiores a la Enseñanza Obligatoria, el mismo número de alumnos cuya característica visual es la ceguera.
El equipo que se encarga de la formación de estos alumnos está compuesto por once maestros, de los que cinco pertenecen a la ONCE y seis a la Consejería de Educación. De estos últimos, tres desarrollan su trabajo en la sierra sur de Córdoba, con sedes en Lucena y Priego.
Por último Aguilera recuerda la importancia de la prevención y el cuidado de la salud visual. De esta forma advierte del abuso de pantallas y móviles «que pueden agravar los problemas de visión». Y advierte a todas las personas, «los ojos son muy delicados y hay que cuidarlos».