Cuidar al cuidador Más CONSO DOMÍNGUEZ que una enfermedad, el alzheimer es un trastorno grave y continuado de conducta y debe ser concertado como tal
En la asociación de Córdoba prestan atención precoz y estimulación a los enfermos y no pierden de vista el papel de los cuidadores y su importancia en la atención de estos enfermos. Piden socios, voluntarios y medios
El Alzheimer se ha instalado como una de las enfermedades que inevitablemente vienen a la mente cuando hablamos de vejez. Para el presidente de la Asociación San Rafael de Alzheimer y otras demencias, Rafael Luque, la enfermedad debería estar considerada una discapacidad y no sólo una enfermedad en si.
Supone «un trastorno grave y continuado de conducta» y esta circunstancia «pertenece a la discapacidad». Este matiz, explica Luque, hace que cambie el acercamiento a los enfermos en el caso de la concertación, por ejemplo. No es lo mismo concertar con la administración plazas para atender a personas mayores como tal que hacerlo para «personas con trastornos graves y continuados de conducta» que es lo que hace el Alzheimer a las personas que lo padecen.
La asociación, constituida en
1996 es una entidad declarada de utilidad pública, formada por familiares de personas con alzheimer, socios, voluntarios y colaboradores que reivindica un concepto global de salud, social, de investigación y de donación de recursos asistenciales.
Para Luque, un pilar fundamental de la asociación, además de los enfermos, son los cuidadores. «Hay que cuidar al cuidador» afirma «porque muchas veces no saben como reaccionar a determinados comportamientos que tiene un enfermo de alzheimer».
La asociación cordobesa cuenta con «servicios orientados a familiares y cuidadores, de información, de valoración, de asesoramiento, sobre la enfermedad» que proporciona «en definitiva habilidades y herramientas para afrontar sus cuidados», además de ofrecer «grupos de autoayuda y relajación que se reúnen semanalmente donde comparten experiencias y aprenden estrategias para el día a día», aclara Luque.
El alzheimer es una enfermedad «muy dura» dice sin rodeos Luque y, a los familiares «tenemos que tenerlos en consideración, porque se ocupan de nuestros usuarios el tiempo que no están en el centro de día o el tiempo que no están en los talleres. Desde el aseo hasta las comidas supone una lucha diaria».
Pensando en los familiares Luque recuerda que la Asociación también ofrece un servicio de centro de día los fines de semana y festivos. Una prestación que se volvió a poner en marcha hace unos meses con el objetivo de dar «un respiro» a los familiares cuidadores.
Por otra parte, la residencia de la asociación está ultimando su ampliación en diez plazas. Pasará a prestar servicio de día a 70 personas. 50 plazas concertadas y 20 de carácter privado. Este incremento, según Luque, no supone tan sólo a diez enfermos sino a tres familiares por enfermo, que son las personas de media implicadas en las atenciones cuando hay un paciente de alzheimer en la familia.
De forma permanente la asociación acoge en su residencia a 26 usuarios que, junto con los que utilizan el servicio de día, son atendidos por una plantilla de sesenta profesionales entre los que figuran psicólogos, terapeutas ocupacionales, gerocultores, trabajadores sociales y fisioterapeutas.
La asociación busca aumentar sus apoyos a través de los socios, por lo que lanzará una tarjeta descuento que revierta, en modo de descuentos en empresas locales la cuota anual que pagan los asociados.
Al mismo tiempo trabaja en el programa de voluntariado y fija su objetivo en la responsabilidad social corporativa de las empresas a las que quiere embarcar en su proyecto de detección precoz, cuidado, estimulación y atención a los enfermos de Alzheimer. A finales de este mes lanzarán una campaña de socios y colaboradores a los que recuerda que el alzheimer es «una enfermedad importante que en cualquier momento nos la podemos encontrar en casa».