ANDRÉS FRESNO
Cruz Roja cuenta con varias líneas de actuación con el objetivo de mejorar, entre otros aspectos, las condiciones de aquellas personas que se encuentran en riesgo de exclusión social o que cuentan con algún tipo de discapacidad. De hecho, según recoge la memoria de 2018, 78.500 personas recibieron atención por parte de los voluntarios de Cruz Roja en Córdoba. De todas estas actuaciones, la respuesta a las necesidades básicas de familias en situación de extrema vulnerabilidad, junto a la intervención con personas mayores, mujeres, inmigrantes y refugiados y la promoción del empleo abarcaron el mayor número de atenciones.
Precisamente este aspecto, el de la promoción del empleo, es una de las líneas de actuación en las que más se vuelca Cruz Roja. A través de su programa de empleo se busca mejorar las oportunidades de aquellos colectivos más vulnerables a la desigualdad y discriminación en la búsqueda de un trabajo (mujeres, inmigrantes, jóvenes y parados de larga duración). El objetivo es «reducir los obstáculos que hacen más difícil el camino hacia la inserción laboral». Para ello ofrecen orientación laboral en la búsqueda de empleo, formación sobre habilidades sociales, así
como sensibilización en igualdad laboral. Asimismo, gracias a la colaboración que Cruz Roja mantiene con diferentes empresas, la formación se orienta a la realidad de cada sector con la posibilidad de ser completada con prácticas.
Gracias a su Plan de Intervención Social, Cruz Roja atiende también a otro de los colectivos más vulnerables de la sociedad: las personas con diversidad funcional. Dentro de este programa encontramos dos servicios: el servicio de transporte adaptado, que facilita que personas con movilidad reducida tengan acceso a actividades laborales, educativas o lúdicas, salvando las barreras arquitectónicas que pudieran encontrarse; y un centro para menores con necesidades especiales, donde se atiende a menores con algún tipo de discapacidad.