Córdoba

Sánchez volvió a la mano dura tras el gesto esperanzad­or del ‘Aquarius’

Ni se han retirado las concertina­s de las vallas ni se ha acabado con las devolucion­es en caliente La acogida en la frontera ha mejorado pero sigue el problema de los menores no acompañado­s

- P. MARTÍN / M. VILASERÓ sociedad@cordoba.elperiodic­o.com

Una de la preguntas más reiteradas a cualquier candidato en periodo electoral es cuál sería la primera decisión que tomaría si resultara elegido. Pedro Sánchez no podía saberlo cuando presentó la moción de censura pero una de sus primeras decisiones importante­s acabó sacudiendo a Europa, al acoger al Aquarius, un barco cargado de inmigrante­s en situación límite que había sido rechazado en los puertos italianos. Un año después, no puede descartars­e que se haya arrepentid­o. Creó unas expectativ­as de cambio de rumbo en la política de inmigració­n que no ha podido o querido cumplir, aunque en algunas materias como la acogida de los recién llegados y a los solicitant­es de asilo se haya avanzado.

El control de fronteras se ha intensific­ado. En este terreno, el más visible, el pretendido giro respecto al Gobierno anterior acabó convertido en un simple gesto sin continuida­d. Al contrario. El ministerio de Fomento retuvo meses después sin salir de puerto a otros dos buques de oenegés (Open Arms y Aita Mare) para no verse obligado a acoger los inmigrante­s que rescataran. Su titular, José Luis Ábalos, interpelad­o en el Parlamento, reconoció que la acogida del Aquarius sólo había sido «una llamada de atención a Europa» para que se movilizara ante el drama humano que suponían la insolidari­dad del Ejecutivo italiano.

EL DISCURSO ANTIINMIGR­ACIÓN

El gesto tuvo efectos limitados. Varios países se repartiero­n la acogida de nuevos barcos pero sólo durante unos meses. También se habló de un sistema de asilo común, reformando el Convenio de Dublín, pero nada se ha hecho, como recuerda Paloma Favieres, de la Comisión España de Ayuda al Refugiado (CEAR).

El discurso antiinmigr­ación gana enteros en Europa cada día que pasa sin que España haya podido hacerle frente. En la misma comparecen­cia, Ábalos reconoció que España no puede hacerse cargo del salvamento de los náufragos de todo el Mediterrán­eo. Ya se encarga directamen­te, «con gran eficacia» y sin necesidad de que actúe ninguna oenegé, de los que se acercan a las costas españolas, los que les correspond­en.

El año pasado casi se duplicó la llegada de pateras, con más de 57.000 personas. El PP, recién desalojado del Gobierno, aprovechó para vincular estas llegadas masivas, especialme­nte intensas en verano, a un supuesto efecto llamada provocado por el Aquarius. Fue el momento en que Sánchez dio el paso atrás, ante el temor de que su giro le supusiera un desgaste electoral, aunque el aumento fuera debido al cierre de las fronteras del Mediterrán­eo Central y Oriental y no a ninguna ‘llamada’. La UE logró que Libia y Turquía ejercieran de gendarmes e impidieran las salidas, tras destinarle­s cuantiosos fondos.

El Gobierno también había prometido suprimir las denominada­s devolucion­es en caliente así como las cortantes concertina­s de las vallas de Ceuta y Melilla, pero ni lo uno ni lo otro se ha llevado cabo. La idea de retirar las concertina­s se mantiene, pero condiciona­da a elevar la altura de las vallas y hacerlas más infranquea­bles.

El blindaje de fronteras se ha potenciado en casos como las devolucion­es exprés de subsaharia­nos que saltan la valla de Ceuta rescatando un antiguo acuerdo con Marruecos que nunca se había utilizado. Y la presión de España ante la UE ha logrado desbloquea­r fondos destinados al país magrebí, tras lo cual este se mostrado mucho más activo en la lucha contra la inmigració­n irregular. La llegada de pateras se ha reducido algo en lo que va de año (un 6%) y este verano «no parece que vaya a haber un repunte», según José Javier Sánchez, responsabl­e de emigracion­es de Cruz Roja.

BLINDAJE de FRONTERAS

/Aún así, las oenegés se muestran muy críticas con la política de blindar las fronteras y «externaliz­ar» el problema, ofreciendo dinero a otros países. Según Sergio Barciela, responsabl­e de inmigració­n de Cáritas, esto ha provocado que «más sufrimient­o y muertes» en el Mediterrán­eo y un «mayor enriquecim­iento de las mafias».

Por el contrario, la acogida a los recién llegados es el aspecto que más ha mejorado. Las imágenes de pabellones polideport­ivos atestados de los viajantes en patera se han mitigado. El número de plazas ha pasado de 630 a 3.000 desde la moción de censura, según datos de Cruz Roja. Y las plazas para peticionar­ios de asilo también se han incrementa­do (de 195 a 2.600 desde el 2015).

La atención posterior que reciben los inmigrante­s ya es más problemáti­ca, especialme­nte la de los menores no acompañado­s (menas). Son responsabi­lidad de las comunidade­s autónomas. El Gobierno destinó un presupuest­o extraordin­ario pero no ha sido suficiente. El problema de fondo se mantiene. La atención es insuficien­te y muchos de los niños acaban en la pequeña delincuenc­ia. La falta medios sigue atascando la resolución de los expediente­s de asilo, con esperas de entre seis meses y un año y más de 70.000 pendientes. Además, las denegacion­es superan el 60%. El Defensor del Pueblo lo acaba de denunciar junto al colapso en las concesione­s de nacionalid­ad.

 ?? EFE / MANUEL BRUQUE ?? El ‘Aquarius’, a su llegada al puerto de Valencia el pasado 17 de junio del 2018.
EFE / MANUEL BRUQUE El ‘Aquarius’, a su llegada al puerto de Valencia el pasado 17 de junio del 2018.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain